
I
Que cante? i Espera, espera todavía !
Yo vivo sin amor: ¿quién sin amores
Su soledad doliente cantaría?
Alma sin besos, sol sin esplendores.
¡Si me quisieras tú! Pero amo tanto
Que, aún queriéndome tú, perdón si creo
Que un límite de amor no diera encanto
A la grave ambición de mi deseo.
iTu amor no es el amor! i Amor de tierra
Dentro de la cárcel corporal se encierra!
Hay otro, hay otro más: ese no acaba,
Ni en la corpórea seducción se graba,
Ni en un mísero cuerpo se limita:
i Amor extraterreno!
i Allá el Padre Creador sabe su seno!
i Allá me sé yo bien dónde palpita!
Pero también si vieras
cómo forjo yo en ti dulces quimeras!
Vivir es una culpa: en ti yo un día
i Olvidado de culpas viviría !
II
He sido. La memoria,
Dócil al fin una hora a la ventura,
Me dice los secretos de esa gloria
Un tiempo habida, eterna en cuanto pura.
Eternidades tiene la Pureza:
Ella eterna, yo eterno, eterno todo
Desde el rayo que enciendo en mi cabeza
iHasta el átomo mísero de lodo!
Buena senda, buen lecho, buena alfombra
De la vida el amor: ¡Cuán bella sombra,
El sueño breve del amar de un día
Que muerto ya calienta todavía!
III
iOh, luz pura de amor, casta delicia
Por mi padre dolor tan bien gozada
Que la parida hoguera abandonada
Arín lanza, aún acaricia
De vida su postrera llamarada!
iOh, cuán triste verdad que en las memorias
Fugaces del amor, -en que el olvido
Con repugnante página de cieno
Del pecho de la muerte recogido,
Cierra tantas bellísimas historias
De cielo azul y resbalar sereno,-
Entre tanto galán y tanto amante
Es el dolor el único constante!
¡Ella y yo, ser y ser, ráfagas idas
De aquella luz más blanca que las nieves
Que de la tierra vil compadecidas
Llorando cubren las espaldas leves!
¡Ida! ¡La que amó tanto aquel destello
Del claro sol, que fecundó en su falda
Jardines que adornaron su cabello,
Uno cabe su seno, otro más bello
De flores de oro en su desnuda espalda!
¡Ida! i En cuántos crepúsculos hermosos,
De gérmenes de amor llené sus labios
Más rojos que el coral, y más sabrosos
Que las paces después de los agravios!
Y ¡cuál soñé de paz en caliente
Seno de mi doncella enamorada,
Más puro que los lirios de su frente
De su mismo calor ruborizada!
¡Y allá en su pensamiento, cuántas horas!
Y aquí, ¡cuántas vacías!
¡Y allá en la soledad cuántas auroras
De indefinible luz, y cuántos días
Sin noche y sin mañana,
Principio y colmo de la dicha humana!
¡Oh, cómo la quería!
¡Le dije adiós: morí desde aquel día!
IV
Amor: ¡es más que amar! ¡Aún se ama, luego
Que se ha apagado de la vida el fuego!
Se ama cuando en el ser fortalecido
Por besos de mujer, el sol se enciende;
Cuando en cielos de paz, la luna esplende;
Cuando en el corazón está dormido
De dolor el dolor, que, a veces, tanto
Sufre mi corazón que llora el llanto,
¡Y hasta el dolor se siente adolorido!
Y cuando en brazos de la muerte hermosa,
De la humana existencia la medida
Dicen los miserables que reposa
Y sé yo que prosigue allí la vida,
El musgo, la oropéndola, las flores
Que brotan de esta tierra, nunca fría,
Son besos, son suspiros, son amores:
¡Muertos que están amando todavía!
México, 9 de marzo de 1875.