Érase una vez un pueblo…
Érase una vez un pueblo que tenía muchas leyes pero no había justicia.
La mayoría de las leyes, digámoslo claro, estaban hechas para poder robar a sus habitantes con el cuño del estado, y así no había nada que reclamar. “Lo dice la ley”.
Las gentes, de este lugar, se resignaban a estos gobernantes tiranos y a sus leyes. Los aceptaban como un mal inevitable. Decían: “Da igual quién mande, todos vienen a robarnos”.
Pero tanto abuso y tanto robo sobrepasó la capacidad de aguante de las personas. Algo tenían que hacer, pensaban.
Fuera del control de sus gobernantes se reunieron labradores, mecánicos, periodistas, dependientes, maestros, enfermeros, estudiantes, etc. etc.
Personas de todas las edades daban su opinión de cómo resolver la dramática situación en la que vivían. Muchas ideas se oyeron hasta que la Señora Julia habló con la fuerza que da el dolor: “Vamos ahora. Todos juntos a decir que no. Que ya está bien de leyes injustas. Que no nos representan. Que se vayan. Que queremos empezar de cero. Que queremos hacer nosotros las leyes que van a regir nuestras vidas. Que no queremos el mal para nadie, ni para ellos ni para nosotros”.La Señora Julia y todas las personas allí reunidas se encaminaron hacia el gobierno. Las pisadas era lo único que se oía del grupo hasta que una voz metálica sonó por encima de los pasos:
– Disuélvanse, somos la policía.
– Solo queremos ver al presidente, por favor.
– Es imposible.
– Por favor.
– Carguen.
En aquel pueblo al día siguiente se podía leer en los titulares de los periódicos: – La policía desarticula un grupo radical que pretendía atacar al presidente. Se les aplicará la ley.
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Un sueño se levanta
Mi corazón se levanta
mientras una lágrima de goce
intenta abrirse paso entre los párpados
para refrescar y regar la Tierra
poco más que pueda darte Madre,
que una lágrima que sale del amor,
que como dice el tango
es un beso prolongao
que te da mi corazón.
Tantos sueños
que al final son el mismo sueño
se levantan de mis pueblos.
De gallegos, andaluces, asturianos
extremeños, leoneses, ceutíes,
castellanos, melillenses, valencianos,
cántabros, aragoneses, canarios,
murcianos, mallorquines, navarros
Todos levantan un sueño
un sueño de esperanza, de hermandad y de amor.
Un sueño sin miedo, sin represión, sin injusticia, sin pobreza.
Un sueño de personas que levantan la cabeza
y luchan por hacerlo realidad.
Ya que saben que no solo es bueno para ellos
sino para todos los demás.
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Miembros de Sillas contra el hambre en la plaza de Valencia
Foto de portada: One and Three Chairs (Una y tres sillas) de Joseph Kosuth
