El 1 de mayo de 1972 Joseph Beuys realizó la acción El barrido (Ausfegen), después de una gran manifestación del Primero de Mayo en la Plaza Karl Marx en el entonces Berlín Occidental, la acción de Beuys pasó inadvertida, barrió la plaza recogiendo los escombros que generó la manifestación, que posteriormente mostró dentro de una vitrina. Joseph Beuys esperaba un «socialismo democrático libre» en contraposición a lo que él llamó las «democracias fronterizas» de los bloques oriental y occidental. A través de esta acción, tiende a mostrar la necesidad de ir más allá de las ideologías para operar, más allá de las divisiones que generan, una modificación efectiva de nuestras sociedades. Superar la oposición política creada por el sistema de partidos y para producir cambios concretos, a través de la conciencia individual y la acción colectiva, parece ser el mensaje transmitido por Ausfegen.
Núria Güell y Levi Orta han barrido un pueblo de Cataluña, elegido al azar, por un día, recogiendo todo el merchandising pro independencia. Con esta reinterpretación analizan cómo no solo la conmemoración del pasado se convierte en capital, sino también las promesas de futuro. Los artistas interpretan la acción de Beuys como una muestra de la comercialización, el convertir en capital los restos de la revolución del Primera de Mayo, símbolo del pasado en las reivindicaciones de los derechos de la clase obrera. En el caso de la acción que ellos llevan a cabo en Cataluña se trata de una proyección de futuro, los sueños de la ciudadanía depositados en un nuevo proyecto con el que construir un nuevo Estado nación, el pueblo como unidad política, la construcción de una identidad, basado en los mismos fundamentos que han construido el modelo de Estado a día de hoy.
La reacción de los vecinos del pequeño pueblo dónde transcurre la acción es positiva y colaborativa, realizan una lectura desde un punto de vista distinto, el de entregar su bandera como reliquia, con orgullo de formar parte de un proceso que desembocará en un proyecto de futuro. ¿Quizá Güell y Orta hacen uso de esa reinterpretación de las personas que colaboran en su proyecto? Ellos dejan el mensaje claro desde un principio, timbre por timbre, casa por casa, van explicando que están recogiendo todas las obras ideológicas que se encuentran en el espacio público para exponerlas posteriormente, formando parte de su proyecto Rèquiem, 2017 y es suficiente visitar ambas trayectorias de los artistas para conocer su afilado análisis en todos sus trabajos. La visión del propietario del objeto, el que lo cede y participa en la obra va a ser distinta de la interpretación del individuo como espectador.
¿Toda ideología termina convirtiéndose en mercancía? En el caso que nos ocupa, el proceso de soberanía de Cataluña, conocido como “El Procés” termina comercializándose a través del merchandising, basta con pasear por los pueblos y ciudades de Cataluña y observar su balcones, mástiles, farolas o cualquier soporte que se precie para colgar una bandera, bien visible. Si buscamos similitudes en todo proceso revolucionario, encontramos un estímulo económico, promesas de futuro para una mejora colectiva, económica también.
Rèquiem, 2017, más allá de una revisión de la obra de Beuys, quiere reflexionar sobre la promesa de “El procés”, cómo esta se basa en una estructura obsoleta con unos fundamentos que está demostrado que no han funcionado. A su vez busca la acción poética de vaciar un pueblo de todas la banderas, de toda ideología, por un día.
Finalmente acudimos a la exposición de la obra, en un lugar peculiar, un cubículo en un puerto de otro pueblo de Cataluña, Segur de Calafell. Se trata de espacio autogestionado (espacio cedido por el ayuntamiento) por una pequeña asociación, La Trastera, con muy pocos medios, en precariedad, pero con mucha energía, y muchas ganas por parte de las 4 personas que lideran el proyecto. Dentro del local, encima de una mesa, encontramos un total de 33 banderas, descoloridas, entumecidas, algunas deben llevar años ondeando en el balcón de una vivienda, depositadas todas las esperanzas de la ciudadanía encima de una mesa, debajo de ellas emerge un cañón de luz con la proyección del vídeo dónde Güell y Orta pasean por Vidreras recopilando reliquias.
Vídeo de la acción-instalación cedido por los artistas. Rèquiem, 2017
Vídeo de El Barrido de Joseph Beuys en la Plaza Karl Marx de Berlín en 1972
Recomendamos profundizar en el trabajo de ambos artistas a través de sus webs: Núria Güell, Levi Orta
Texto de Muntsa Roca y fotografías de Sergio Castelnuovo.