
por Abdul Khaliq
EL FMI IMPONE UNA NUEVA OLA DE PRIVATIZACIONES A PAKISTÁN
Aunque Islamabad ya respondió a la demanda que se le hizo de aumento de los precios de la electricidad y del gas, la privatización de empresas del Estado continúa siendo uno de los principales puntos del orden del día en la reunión de la última evaluación del acuerdo de apoyo del FMI por una suma de 3.000 millones de dólares[1]. De cara a conclusión de la primera evaluación del segundo tramo de 700 millones de dólares, Pakistán aceptó alinear a cuatro empresas públicas más, sobre el modelo de financiación y de gobernanza de la ley sobre las empresas públicas recientemente aprobada. Estas cuatro empresas públicas son la National Highway Authority (NHA), la Pakistan National Shipping Corporation (PNSC), la Pakistan Broadcasting Corporation (PBC) y Pakistan Post[2]. Es conveniente mencionar que el FMI exigió que 203 empresas públicas fueran retiradas de los ministerios de los cuales dependían y fueran colocadas bajo la tutela del ministerio de Finanzas, conforme al acuerdo[3].
Paralelamente, el Consejo Especial de Facilitación de las Inversiones (Special Investment Facilitation Council-SFIC)[4], sometido a una enorme presión por parte del FMI, creado hace poco en Pakistán, prometió acelerar la privatización de las empresas del Estado. Según los medios de comunicación, el gobierno piensa también en externalizar las operaciones de varios de sus activos públicos a empresas extranjeras. En marzo de 2023, Islamabad dio el pistoletazo de salida a la externalización de las operaciones y de los activos inmobiliarios de los tres grandes aeropuertos, que serán gestionados en el marco de una asociación público-privada, con el fin de generar reservas de cambio para su economía con grandes dificultades.[5]
Según el Ministerio Federal de Finanzas, el FMI desearía también que interviniera en el curso del actual ejercicio financiero la privatización de la Pakistan International Airlaines (OIA), la Pakistan Steel Mills (PSM), centrales eléctricas a gas natural licuado y regasificado (RLNG) y empresas públicas de distribución de electricidad.
Asombrosamente, según las líneas directoras de la política relativa a las empresas del Estado, el gobierno no creará nuevas empresas del Estado en el futuro, salvo por razones estratégicas o en el marco de un acuerdo con otro país, y se desligará progresivamente de la mayoría de las 200 entidades existentes. En virtud de un acuerdo con el FMI, el gobierno debe concebir un mecanismo de privatización o de cesión progresiva de las empresas del Estado existentes en un marco de las asociaciones público-privadas. Cada una de las divisiones gubernamentales responsables de las empresas del Estado debe elaborar un plan de reformas que comprendería propuestas tales como cotizaciones, reestructuraciones, fusiones, asociaciones público-privadas y ventas de activos.[6]
En el marco de esta misma política, la Unidad Central de Seguimiento (Central Monitoring Unit-CMU) del Ministerio de Finanzas recogería y pondría al día los resultados financieros de todas las empresas del Estado desde este momento hasta diciembre de 2023, para satisfacer al FMI.
La privatización no es un fenómeno nuevo en Pakistán; bajo la égida de la economía de mercado, el país prosigue agresivamente la política de liberalización del mercado y de privatización desde 1991. Durante los años 1990, después de haber sido afectado por una recesión económica, Pakistán fue obligado a adoptar un programa de ajuste estructural (PAS) bajo la supervisión del FMI para reformar la economía que sufría de inestabilidad macroeconómica.
Desde entonces, Pakistán parece haberse librado de un frenesí de privatizaciones en cuyo marco se establecieron planes para vender un cierto número de instituciones rentables del sector público, sin darse cuenta de las consecuencias negativas que implica para las clases sociales marginales. Entre 1991 y 2006, los activos públicos fueron saqueados cuando el gobierno pakistaní vendió 160 empresas públicas a precios irrisorios[7]. Un hecho sorprendente, 130 de las empresas privatizadas se hundieron. Durante ese período, cerca de 600.000 trabajadores se encontraron sin empleo debido a la puesta en marcha de una privatización despiadada y de políticas neoliberales en Pakistán.
De todas maneras, las montañas rusas de la privatización en Pakistán fueron detenidas de golpe cuando el Tribunal Supremo de Pakistán, por medio de un dictamen suo moto, anuló la privatización de Pakistan Steel Mills en 2006[8]. Pero con la nueva presión del FMI, después de 17 años de pausa estratégica, parece que una nueva ola de saqueo de los bienes públicos está por comenzar en Pakistán.