Don Cheadle es Miles Davis en «Miles Ahead» y, aunque no tiene la maestría del trompetista para conducir una melodía por terrenos desconocidos, este biopic que él mismo dirige se aparta de las normas clásicas, haciendo sonar la película con energía propia y al ritmo de divertimento al que poco le importan la rigidez de los hechos.
En su autobiografía Miles Davis relata una anécdota sucedida en el transcurso de una cena en la Casa Blanca en honor de Ray Charles, celebrada en 1987, durante la cual una mujer le preguntó a Davis acerca de la muerte del jazz y qué había hecho él con su vida que era tan importante para que estuviera allí. Su respuesta fue «bueno, he transformado la música cinco o seis veces». Esta frase, poseedora de todas las letras necesarias para ser una exageración egocéntrica, se ajusta perfectamente a la realidad y a una búsqueda de cambio que Miles Davis siempre persiguió. Uno de los principales motores creativos del famoso trompetista era el huir de hacer lo mismo, de quedarse estancado. El miedo a repetirse con el que Miles Davis se autoalimentaba le llevó a transformar no solo el jazz sino la música en general durante sus más de cuatro décadas de carrera. Viniendo del bebop, con él nació el cool jazz, se transformó para explorar el jazz modal, el jazz avant-garde, la fusión, el jazz eléctrico, las colaboraciones pop y las mutaciones siguen acumulándose en su extensa discografía de 48 álbumes de estudio y 36 en directo, sin contar recopilatorios. Clásicos de la música son el álbum de jazz más vendido de la historia «Kind of Blue» (1959), «Sketches of Spain» (1960), «Birth of the Cool» (1957) y «Bitches Brew» (1970).
Si la vida está relacionada con la música, la existencia de tantos Miles Davis musicales con diferentes características proporciona una idea de la compleja empresa que supondría capturar su vida con un arco narrativo lineal y clásico, empezando en la infancia y terminando en la muerte, o desde los inicios musicales y concluyendo en la cumbre del éxito, como por ejemplo se articulan los biopics de Johnny Cash «En la cuerda floja (Walk the line)» y el centrado en Ray Charles «Ray». La vida de Miles Davis fue convulsa y convivían en el mismo momento grandes sesiones de grabación con John Coltrane, Charlie Parker o Bill Evans y violencia doméstica, adicciones a la heroína o la cocaína y problemas de salud. Más que un ascenso al éxito, su vida se asemeja a una montaña rusa. Por ello, el actor y ahora director Don Cheadle aborda este biopic de Miles Davis desde un planteamiento enteramente divergente, con ansias de innovar y con la determinación de que la verdad no destruya al mito. La consecuencia de su decisión es que uno sale del cine poseyendo el mismo conocimiento sobre esta figura del jazz que al entrar en la sala de proyección, fuera cual fuera. Otro resultado de la apuesta de Cheadle es que «Miles Ahead» no es el biopic que uno se espera y, siguiendo la norma de su personaje, sorprende al intentar no repetirse durante su metraje y al fusionar múltiples elementos de diferentes influencias.
La película se centra principalmente en dos periodos de la vida de Miles Davis, el teórico presente del filme situado en la segunda mitad de los setenta, época en que Davis se retiró de la música y de la vida pública, y su época dorada más conocida del tercio final de los cincuenta y en adelante, marcada por varios de los álbumes anteriormente mencionados (el título de «Miles Ahead» es homónimo de un disco suyo aparecido en 1957) y su conflictivo matrimonio con Frances Taylor.
A finales de los setenta Miles Davis vivía como un recluso en un hiato autoimpuesto, consecuencia de su creencia personal de que ya no tenía nada que decir. Aquí concluye lo factual de la película, tras treinta segundos de metraje. Cheadle nunca pretende relatar su biografía y está más interesado en explorar lo que hay detrás de los hechos, en extraer una idea de la persona. Su visión es la de un Miles Davis cercano a un pequeño mafioso de barrio, propenso a la violencia, sagaz, lleno de comentarios ingeniosos y genialidad musical. En un desarrollo narrativo completamente ficticio, Cheadle crea al personaje de un reportero de la revista Rolling Stone interpretado por Ewan McGregor, quien asiste y participa en la loca aventura de Miles Davis intentando recuperar una grabación suya, robada y en manos de sus productores de Columbia Records. Entre los dos logran que haya persecuciones, tiroteos, accidentes y funcionan con una dinámica más característica de las «buddy movies» como «Arma letal» que de los drama exploradores de demonios personales. El tono es completamente ligero, entretenido y divertido, presentando a un Miles Davis de una forma atípica que, indicativamente, contó con el entusiasta beneplácito de la familia de Davis cuando Cheadle les expuso su idea para la película. Si uno mira la biografía y las leyendas que rodean a Miles Davis, puede que lo que relata Cheadle no sucediera pero fácilmente podría haber sucedido. Insertado dentro de esta alocada narración, como lapsos de memoria, como momentos que se fusionan con el presente, evocaciones generadas por un pequeño hecho, se recuperan fragmentos del pasado narrados con un tono más clásico y sobrio. Los saltos en el tiempo suman en significado, a veces chocan uno con el otro, en ocasiones se presentan simultáneos y la música de una época resuena en otra, creando una incoherencia temporal pero sí una textura personal y musical. Para la película, la música es el centro de este universo, un grial. Literalmente es el objeto de búsqueda, representado por la cinta que Davis quiere recuperar, y metafóricamente es lo que Miles Davis quiere alcanzar, una nueva visión que le permita avanzar.
Además de la música y la inventiva visual, el otro gran pilar de la película es Don Cheadle, quien dirige, firma el guión, hace parte de los arreglos musicales y protagoniza «Miles Ahead». Su actuación es impecable, proporcionando el físico, la chispa y el punto de paranoia magnético que pide el personaje que ha construido. Como acompañante cuenta con Ewan McGregor, quien se lo pasa tan bien como Cheadle en un personaje que es el contrapunto de las disparatadas peripecias de Davis y que, además, permite aumentar las posibilidades de distribución de la película. Cheadle, con un frio pragmatismo, ha relatado en varias ocasiones que la película necesitaba un coprotagonista blanco para poder tener posibilidades de distribución fuera de EE.UU., y que no hubo proyecto hasta que Ewan McGregor firmó. Aunque la película es el proyecto casi personal de Cheadle, con parte de su financiación lograda a través de crowdfunding, sigue estando sometida a las cuestionables leyes de la realidad.
Y la realidad poco aparece en «Miles Ahead». Se presenta al Davis de leyenda para vislumbrar al hombre que hay detrás. Miles Davis, el genial músico que tocaba dando la espalda al público, que se marchaba del escenario durante los solos de los demás, quien se dañó la voz permanentemente al discutir a gritos tras una operación de garganta, a quien dispararon dentro de su Ferrari en Brooklyn, quien destrozó su Lamborghini rodeado de bolsas de cocaína, el hombre que se expresaba con lenguaje soez, con un lado a veces sexista, a veces violento, a veces de otro planeta, el amante del boxeo y de la música clásica, es el Miles Davis que uno puede encontrar en su autobiografía, otra forma de realidad reimaginada, o en entrevistas a otros músicos que le conocieron. También es el Miles Davis de «Miles Ahead», con leyenda y realidad fundidos en la memoria.
«Para mí, la música y la vida se centran en el estilo» es otra de las frases representativas de Miles Davis, y esta película intenta seguir la sentencia como si fuera una máxima. Este retrato abstracto, donde lo falso se emplea para contar pequeñas verdades y una idea del hombre que fue Davis, es una impredecible y divertida película sobre un icono narrada como si fuera un acto de memoria llevado por la música. «Si vas a contar una historia, hazlo con personalidad» dice Miles Davis al principio del filme. Con giros exuberantes, carencias y grandes aciertos, la película se mueve como una pieza de jazz modal llena de ambición.
Ficha técnica:
Dirección: Don Cheadle.
Intérpretes: Don Cheadle, Ewan McGregor y Emayatzy Corinealdi.
Año: 2015.
Duración: 100 min.
Idioma original: Inglés.