Ganadora del premio César al mejor documental, esta producción francesa no es una novedad en la cartelera sino un filme a punto de desparecer de ella que merece ser reivindicado. “Mañana” es un alentador llamamiento al cambio que muestra que no solo es posible llevarlo a cabo en el futuro, sino que ya existen las herramientas y las formas de hacerlo hoy mismo.
Dado que los estrenos de esta semana presentan cierto amodorramiento, seguramente propiciado por el calor de estas fechas, vale la pena aprovechar este pequeño respiro para rescatar una película en cartelera que seguirá proyectándose en algunos cines en la que, muy probablemente, puede ser su última semana en cines y pronto iniciará su andadura por el mercado doméstico. “Mañana” es un documental francés que llegó a las pantallas el 29 de abril sin hacer el ruido que esa misma semana generó el blockbuster “Capitán América: Guerra Civil” y sin el atractivo cinéfilo de la película “Trumbo”. Sin embargo, seis semanas más tarde, se mantiene en cartel, una longevidad inusual para cintas de estas características. Esta crítica, antes de que los estrenos del verano saturen la cartelera, no quiere ser una despedida sino un reconocimiento a lo que logra esta película.
“Mañana” nace cuando el activista Cyril Dion y la actriz Mélanie Laurent, entonces embarazada, se plantean una sencilla pregunta: dado que un artículo de la revista Nature demuestra que el mundo en el que crecerá ese niño estará lleno de catástrofes y carestías, donde comida, energía, agua serán bienes escasos, ¿qué se puede hacer? El planteamiento podría ser desesperanzador pero, a diferencia de otros documentales que versan sobre esta temática, ésta no es una cinta que denuncie el horror y proclame el fin de este mundo que hemos creado entre todos, anuncia el optimismo con el que podemos cambiarlo y crear uno nuevo. Muchos documentales, como “Una verdad incómoda” con Al Gore acerca del cambio climático, “Food, Inc.” sobre la industria cárnica o el de Michael Moore “Sicko” centrado en el sistema sanitario, tienen como misión infundir el miedo. Son visiones altamente necesarias que evidencian una realidad alarmante, pero son cintas ideadas con la intención de crear impacto y generar una respuesta que obligue a la sociedad a actuar. “Mañana” se apoya en el trabajo de estos documentales previos y el trabajo de concienciación que realizaron porque, en gran medida, asume que el espectador tiene cierto conocimiento de las problemáticas actuales, pero tiene como punto de partida la ilusión por el cambio. Para el equipo de este documental el crear un mundo mejor no debería consistir solo en esforzarse en concienciar a la gente que tiene la cabeza enterrada en la tierra como avestruces que no quieren ver la realidad, debería ser visto como una oportunidad ilusionante. Y, sobre todo, al alcance de la mano.
Para responder a su pregunta sobre qué pueden hacer, Dion, Laurent y sus acompañantes no buscan la respuesta en tratados, ensayos o en el mundo de las ideas. Con un respaldo económico creado a través del crowfunding, buscan la respuesta en soluciones que ya existen, que ya están implementadas y que están funcionando en diferentes partes del mundo. Para encontrarlas emprenden un viaje por todo el globo y, empezando por la necesidad básica humana de la alimentación, inician un ascenso estructurado examinando los diferentes grandes elementos que constituyen la sociedad contemporánea.
Al igual que no es un documental del desencanto, “Mañana” no es un documental de expertos para expertos. Su forma de analizar las diferentes problemáticas y soluciones es a la vez inteligente y comprensible, un perfecto equilibrio cuyo diálogo de ideas y experiencias nunca cae en la alarma ni la simplificación. Su narración se divide en cinco grandes partes que conforman un discurso notablemente organizado en una visión de economía circular y, en su recorrido, desmonta además falsos dogmas y aporta revelaciones sorprendentes. Así se genera progresivamente una visión global de la viabilidad de no únicamente de una sola solución de las que presenta, sino que juntas conforman un todo orgánico interdependiente, una nueva forma de ver el mundo.
La película comienza examinando la necesidad básica del ser humano, la alimentación. Con diferentes ejemplos muestra que es factible, tanto económicamente como en relación a la escala de producción, tener una agricultura sostenible. El mayor problema que hallan es el poder de las grandes industrias petroquímicas, las cuales actualmente ejercen un enorme control en la explotación agrícola. Por ello, en su segunda parte, buscan cómo reorganizar la producción energética con los ejemplos de ciudades prácticamente autosuficientes a nivel energético y de cómo existen ya industrias que, con una gestión de los residuos que generan en su actividad normal, producen además la energía que requieren. La gran problemática para posibilitar un cambio energético con alternativas ya presentes y para ayudar al florecimiento de muchas otras iniciativas es la necesidad de inversión. En su tercera parte “Mañana” analiza, siguiendo su línea de razonamiento, la posibilidad de crear monedas y formas de financiación independientes que funcionen de forma paralela a las tradicionales del mundo neoliberal y que permitan sufragar económicamente los cambios, reduciendo así el poder que tienen ciertos organismos monetarios sobre las naciones, la sociedad y los negocios locales. La propia financiación de la película es una muestra. Pero, para cambiar el mundo, Dion y Laurent se plantean que también es necesario cambiarnos a nosotros mismos, a nuestra forma de verlo y concebirlo. Y por ello, en la cuarta sección, abordan la educación, cómo introducir nuevos modelos en las escuelas que fomenten un comportamiento social y personal no basado en la dominación sino en la cooperación. Finalmente, en su sección final, “Mañana” culmina su ascenso examinando la forma práctica de lograr que los cambios se implementen. Son conscientes que solo desde las posiciones de poder gubernamental, tanto local, estatal como transnacional, es posible generarlos a gran escala. A diferencia de lo que venden los eslóganes de las elecciones, definen el modelo democrático actual como un sistema que rechaza el cambio y que otorga muy poco poder al pueblo. Por tanto, es necesario que la ciudadanía recupere su capacidad de participación y de implicación en la toma de decisiones políticas. Con Dion, Laurent y su equipo se realiza un último viaje por el mundo para ver diferentes muestras de política ciudadana, alternativas existentes de democracia directa que resultan más participativas, como en Islandia o en partes de la India. Aquí es donde interviene la implicación, porque es necesaria la movilización para poder recuperar nuestra capacidad de intervención política.
Este resumen del recorrido que realiza el documental puede sonar relativamente sencillo y es que uno de los objetivos que tiene la película es propiciar el cambio mostrando que éste no es imposible, ni que es necesaria una revolución explosiva, sino que está al alcance de la mano de toda la sociedad. “Mañana” está llena de historias con ejemplos reales de diferentes propuestas de cambio en los cinco grandes campos (alimentación, energía, economía, educación, democracia) y las examina y plasma de una forma cercana, a veces abusando de la música inspiracional, pero nunca de una forma simplista. “Mañana”, en su proceso de análisis y en la demostración de la viabilidad de las soluciones que plantea, devuelve al espectador algo tantas veces negado en muchos medios, el reconocimiento de la inteligencia de quien está ante la pantalla.
La conclusión de “Mañana” es igual de sencilla que su pregunta inicial: cambiar el mundo no es una quimera y no se requiere inventar ninguna nueva alternativa. Todas existen hoy. Y este cambio viene acompañado de una nueva visión que no es creada por estar al borde del abismo, que no se tiene que ver como un sacrificio en aras de la supervivencia. Al contrario, “Mañana” transforma el desencanto en ilusión, y demuestra que la posibilidad ya puede ser realidad.
Ficha Técnica:
Dirección: Cyril Dion y Mélanie Laurent.
Año: 2015.
Título original: Demain.
Duración: 118 min.