Los protegidos de Occidente

Los protegidos de occidente
Imagen de portada: REUTERS / SANA
De nuevo el horror se ha hecho presente en Siria. El DAESH hace muy pocas horas golpeaba de nuevo a la población civil. Su objetivo las ciudades de Tartus y Yable, en el oeste del país cerca de la costa. Han sido siete atentados terroristas con un mismo método, coche bomba y cinturón explosivo.

Mientras el desprestigiadísimo Secretario General de la ONU ‎Ban Ki-moon acusaba, como viene siendo habitual, al presidente de Siria de mil y un crímenes, olvidaba en su intervención referirse a los asesinos del DAESH y el EIS y a los países occidentales que les apoyan.

Los grupos terroristas han vuelto a demostrar su auténtica naturaleza. El objetivo ha sido de nuevo la población civil. A las 9:30 hora local en Siria, un coche estallaba en la estación central de autobuses en la ciudad de Tartus; mientras los ciudadanos socorrían a los heridos, un segundo terrorista se inmolaba con un cinturón bomba aumentando el número de víctimas. Un tercer asesino se hacía estallar en un lugar adyacente a la primera explosión. La cifra de muertos confirmada alcanza los 79.

En la ciudad de Yable a 40 km de Tartus de nuevo en la parada de autobuses se repite el mismo horror. Coche bomba y cinturón explosivo. Resultado 45 civiles muertos y decenas de heridos algunos de extrema gravedad. En paralelo otro suicida atacaba un hospital y otro una central eléctrica.

Aunque el grupo terrorista DAESH se atribuyó la autoría de estos atentados no deja de ser una reivindicación sorprendente puesto que en esta zona el único grupo activo es Ahrar Al Sham, uno de los considerados por Occidente como “oposición moderada” y que ha recibido toneladas de armas y municiones desde el inicio de la “tregua” en Siria. Una resolución de Rusia en el Consejo de Seguridad hace unos días intentando que este grupo fuera declarado como organización terrorista, fue rechazada por EEUU, Francia y el Reino Unido.

Tanto Tartus como Yable se habían mantenido lejos de los frentes de batalla y es por eso que habían recibido a miles de familias de desplazados de diferentes ciudades. En paralelo los protegidos de Turquía, Qatar, Arabia Saudita y Occidente bombardeaban los barrios populares de Alepo, Nubbol y Al Zahra. Occidente muestra como es habitual una doble cara, habla de paz en las mesas de negociación mientras atiza una guerra sin cuartel dirigida especialmente contra la población civil.

Los avances del ejército sirio en el campo de batalla pretenden ser contrarrestados con el recurso al asesinato masivo. Esa es la única estrategia de la oposición financiada desde Arabia Saudita y Turquía. Lo han proclamado en muchas ocasiones. Para estos bárbaros sólo cabe el exterminio de los herejes; de todos aquellos que no piensen como ellos.