El conteo de matanzas de los grupos terroristas en Siria se acrecienta. Se están alcanzando niveles sólo comparables a los crímenes cometidas por las tropas estadounidenses en Vietnam. El horror, provocado por los grupos terroristas, se incrementa en la misma medida que las pérdidas territoriales a manos de las fuerzas populares y el ejército sirio se consolidan. El EIS tras la caída de Palmira ha perdido más de un 40% del territorio que controlaba.
El 12 de Mayo, militantes de los grupos “moderados”, Ahrar al Sham y Yaish al Islam, según los califican Washington, Francia y Reino Unido, tomaban la población de Al Zara cerca de Hama. Fueron degolladas 115 personas, hombres mujeres y niños. Los cuerpos de los hombres fueron arrojados al lago Rastan. En Raqqa, la supuesta capital del emirato islámico y Faluya, asediada por las tropas kurdas e iraquíes, se fusila a los hombres que se resisten a incorporarse al ejército islámico. El objetivo de los grupos terroristas es provocar el terror en la población civil y promover la rendición a las bandas armadas. De esos “pequeños incidentes” la prensa occidental no se ha hecho eco.
Los políticos de “izquierda” europeos han comenzado a reaccionar. Todavía de forma débil, y fragmentaria. El pensamiento único, la información sesgada sobre lo que pasa realmente en Siria, cuesta de contrarrestar. El hecho de que el “régimen de Al-Assad“ haya repartido decenas de miles de armas y haya entrenado militarmente a la población civil para defender, por ejemplo, a sus hospitales es un hecho marginal. El intento de toma del hospital de Deir-Ezzor hace dos semanas, fue respondido con la defensa cerrada de médicos y enfermeras, que poseían entrenamiento militar, hasta que acudieron las tropas. La defensa que realiza la población civil de sus ciudades o pueblos, frente a los asaltos terroristas, es un elemento irrelevante para toda una generación de políticos que viven pendientes de las imágenes y comentarios de la CNN o de la última encuesta sobre intención de voto.
Ha sido el diputado socialista francés Gérard Bapt quien en primer lugar ha levantado la voz en el país galo frente a tales masacres. La implicación del gobierno Hollande/Valls en el apoyo a los grupos terroristas muestra el cinismo de la diplomacia gala. El gobierno Valls, por un lado, restringe las libertades públicas. El miedo al terrorismo es su argumento. Mientras, entrena y arma a estos mismos grupos para que atenten contra la población civil en Siria. La posición del gobierno francés, ante estas revelaciones es muy delicada y más si se confirma la noticia transmitida por agencias de oriente medio de que oficiales franceses y norteamericanos, habían caído prisioneros en manos del ejército sirio. La denuncia del diputado ha puesto de manifiesto el apoyo que el gobierno “socialista” está dando a los grupos terroristas que actúan en Siria. En la carta dirigida al Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia por el diputado socialista se puede leer: “los grupos responsables no fueron ni el EI ni Al Nusra sino un conglomerado de grupos entre los que se encuentra sobre todo Ahrar al Sham y Yaish al Islam, que los occidentales rechazaron inscribir en la lista de organizaciones terroristas de la ONU durante una reciente reunión del Consejo de Seguridad”. Según la agencia Sputnik la respuesta del ministerio fue: “Él me respondió muy honestamente que estos grupos suponen ciertamente un problema y que el ministro de Exteriores había hablado con sus aliados occidentales sobre este tema”.
Francia forma parte de los cuatro países (EEUU, Francia, Reino Unido y Ucrania) que han bloqueado la propuesta realizada por Rusia que llamaba a inscribir a estos grupos en lista negra para excluirles del proceso de paz sirio.
La realidad sobre el terreno es mucho más prosaica. EEUU sigue jugando a todas las barajas. Hace pocos días Terry Meyssan (Red Voltaire) hacía público que investigaciones llevadas a cabo por la Revista de Defensa Jane´s (abril 2016) denunciaban que Estados Unidos a través de terceros países estaba entregando armas a las fuerzas terroristas que operan tanto en Siria como en Irak. Según esta revista de defensa “el US Navy Military Sealift Command”, la Marina de Guerra Estadounidense, se había hecho cargo de los problemas logísticos para trasladar armamento desde Rumanía hasta Turquía y Jordania… Pasando por Bulgaria, eran un total de 3.000 tm de armas municiones y en especial de lanzacohetes muy similares a los utilizados por el ejército árabe sirio, con los cuales la revista aseguraba que se podrían atribuir a las fuerzas del gobierno los crímenes cometidos por esos cohetes. La mitad del cargamento se quedó en Turquía y destinado al frente Al Nusra, que ha concentrado 6.000 efectivos para un ataque contra Alepo. El resto del cargamento fue llevado al puerto jordano de Aqaba desde donde se entregó a los grupos terroristas que occidente denomina “rebeldes moderados”. Mientras los “medios” continúan su particular guerra en Siria y nos intentan vender las bondades de éstos, que se autocalifican como “rebeldes moderados”.
Como hemos venido señalando la guerra Siria es también una guerra por la propaganda. En muchas ocasiones las fuentes de información toman como base las propias agencias ligadas al EIS y financiadas por Arabia Saudita. El atentado de hace pocos días en Tartus es un ejemplo paradigmático. Curiosamente esta matanza fue calificada del mismo modo por la agencia de noticias Amaq, ligada al EIS y en la información proporcionada por El Periódico de Catalunya. “Dos cadenas de atentados del Estado Islámico causan una matanza en dos feudos de Asad”. El diario en cuestión no dudó en utilizar la misma expresión para “justificar” el asesinato de 140 personas que la agencia vinculaba al EI. Esta organización había señalado que los combatientes del Daesch perpetraron los ataques contra «concentraciones de alauís”; en igual sentido se expresaron otros medios como TV española, el diario El Mundo o El País, por citar sólo unos cuantos. Asesinar a miembros de la minoría alauí en Siria queda plenamente justificado porque el presidente es de esa confesión.
Por otra parte una nueva noticia ha salpicado al gobierno conservador de Cameron. Según el rotativo inglés The Guardian, el gobierno inglés habría financiado con cerca de 3 millones de libras/año a la empresa InCoStrat para crear un ambiente positivo hacia los grupos “moderados”. Esta financiación incluye la grabación en estudio de actos de propaganda de los grupos terroristas, así como vídeos que denunciaban las atrocidades cometidas por el “régimen”. El supuesto bombardeo el 27 de abril del hospital Al-Quds de Alepo, que como demostraron las imágenes por satélite del ejército había sido destruido ya hacía siete meses, fue una de sus creaciones. Las imágenes posteriores del supuesto ataque aéreo a un campo de refugiados a donde acudían los “cascos blancos” y denunciaban la atrocidad, ha sido confirmado que fueron filmadas en estudio, según revela un análisis pormenorizado de las imágenes.
La guerra sigue. El dolor y los padecimientos de la población se incrementan, mientras Occidente pretende, a través de los grupos terroristas, apropiarse y destruir estados y ciudades milenarias.
EEUU pretende cercar por el sur, como lo ha hecho a través de los países del este, a Rusia. Moscú ha decidido desarrollar su comercio energético con China utilizando el rublo en lugar del dólar. Este hecho ha provocado un aumento de la tensa situación internacional. La Casa Blanca desea humillar a Rusia en territorio sirio. De conseguirlo, el enfrentamiento directo entre las potencias habría recorrido los últimos pasos antes del abismo. Los grupos terroristas son los hijos y la creación de algunos países “democráticos”; sin duda, más temprano que tarde, estos engendros acabarán devorando a sus propios padres.
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