La mano invisible. El trabajo, teoría y práctica.

La mano invisible película

Un grupo de trabajadores en una nave industrial. En condiciones precarias. Ejerciendo su trabajo de albañil, costurera, carnicero, teleoperadora, mecánico, limpiadora… en espacios cercanos pero cada uno por separado. Todos en la misma nave, sí, pero sin relación entre ellos. Recibiendo instrucciones de modo individual. Haciendo un trabajo que tiene mucho de representación, que parece que no es productivo. En la nave hay además una grada con público que les ve trabajar. Y no sabemos por qué están ahí, contemplando el trabajo de los once empleados…

La mano invisible es el primer largometraje de David Macián, joven director cartagenero y realizador audiovisual que ha obtenido una treintena de premios nacionales e internacionales en el mundo del cortometraje. En 2007 escribió, produjo y realizó su primer corto, Liquidación Total, con el que obtuvo más de diez premios. Entre ellos el Premio al Mejor Proyecto del ya consolidado Maratón de Vídeo Digital de la edición de 2008, al ser considerado el más destacado de los 150 proyectos presentados en dicha edición. En Liquidación Total ya participó como actor Bruto Pomeroy, uno de los protagonistas de La Mano Invisible. Luego vendrían Tropezones (2009), Vivir del aire (2010), Profesor Brofman (2011) y El Increíble Trueno Escarlata (2012).

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La película, basada en la novela del mismo nombre de Isaac Rosa, se ha presentado en varios Festivales. En la XVI edición del REC, Festival Internacional de Cinema de Tarragona, celebrada el pasado diciembre, obtuvo dos premios: el Premio del Jurado Joven por su “crítica a la sociedad actual, por su puesta en escena arriesgada y fascinante y por como está planteado como un proyecto colaborativo” y el Premio del Público, con una puntuación muy alta. Así mismo ha obtenido una acogida muy favorable tanto en el Festival de Cine Europeo de Sevilla como en el reciente Festival de Cine y Derechos Humanos de San Sebastián.

La adaptación cinematográfica de la novela de Isaac Rosa no era en absoluto un reto fácil. El notable y singular experimento narrativo de Rosa a lo largo de sus 380 páginas no tenía fácil traslación a las pantallas. La forma de narrar debía ser muy distinta. Y así lo vieron tanto el ya consagrado escritor, quien apoyó desde el principio la adaptación de David Macián, como éste, decidido a emprender la tarea de respetar el esqueleto narrativo y el mensaje de la obra pero buscando otra forma de interactuar de los personajes. Unos personajes encarnados por un elenco de actores experimentados que realizan todos ellos un espléndido trabajo interpretativo. El resultado de esta labor coral es que La mano invisible logra su objetivo de forma muy satisfactoria y mantenida durante todo el largometraje.

La mano invisible películaEn 2011 Isaac Rosa al comentar su libro, cuya lectura aprovecho también para recomendar, afirmaba que “a la hora de escribir la novela, además del puro asunto laboral, quería narrar lo que está ocurriendo en el mundo del trabajo, la degradación de las condiciones laborales, el deterioro de la calidad de vida y el malestar que está tan extendido». El largometraje logra transmitir esto mismo de modo sobrio y a la vez contundente.

Quizás convenga reseñar que David Macián, además de compartir el interés por el enfoque presente en la novela sobre el mundo del trabajo y los comportamientos y reacciones de los trabajadores ante las condiciones a las que se ven sometidos, conoce bien lo que narra también por algunas de sus experiencias laborales vividas en condiciones similares a las reproducidas por los protagonistas de la obra. Por eso ha comentado que cualquiera que haya currado en trabajos así sabe que todos tienen unos mecanismos básicos que lejos de dignificar tienen mucho de perverso. «En la película mostramos la forma actual del trabajo, llena de lagunas y miserias, que necesita ser repensada. Me parecía lógico repensar la manera de hacer cine, e hicimos la película de modo cooperativo», afirmaba en una interesante entrevista concedida durante el Festival Internacional de Cine de Tarragona antes citado.

En efecto, la película no ha sido realizada mediante las formas tradicionales de producción y financiación sino que se ha llevado a cabo de forma cooperativa entre todos los que en ella han participado y con la colaboración de múltiples mecenazgos individuales y colectivos. El pre-estreno al que asistí se realizó en Barcelona en la sala de cine cooperativa Zumzeig, el primer cine cooperativo de Cataluña, acogedor espacio que impulsa una programación de actividades culturales y cinematográficas de mucho interés.

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El título de La mano invisible ¿alude a la mano que nos podemos imaginar? No sólo. Cuando apareció su novela Isaac Rosa dijo en una ocasión que “la mano invisible smithiana es hoy una mano negra que además nos está birlando la cartera sin disimulo. Y de invisible tiene poco.» Cierto. Pero la invisibilidad no va referida solo a quien mueve los hilos. Es también, como muestra esta obra, la del trabajador invisibilizado en y por su trabajo. Camareros, limpiadoras y tantos otros que son desconsiderados cuando no maltratados por realizar trabajos tenidos como inferiores incluso por otros trabajadores que desean no ser considerados como tales sino como empleados cualificados que aspiran a pertenecer a una vaporosa clase media que mire por encima del hombro otros trabajos. Padeciendo todos los mismos miedos: a perder el empleo, aunque se trate de empleos-basura por las condiciones salariales y de precariedad en que se efectúan en cualquiera de las categorías y sectores en que se desempeñan. Resignados a una sumisión asumida como irremediable en las actuales condiciones. Carne de cañón de un individualismo que dejó atrás el sentimiento orgulloso de pertenencia a la clase obrera. Habiendo renunciado a plantearse el sentido de su trabajo. Viviéndolo con desapego, con indiferencia. Para que nos planteemos entonces: ¿qué espacio queda ahí para la dignidad? Pues la película muestra que sí, que también ahí, en esas condiciones, pueden brotar reacciones y comportamientos movidos por la dignidad.

La mano invisible pretende inquietar, sacudir, combatir tópicos, mover a la reflexión sobre la posición de cada uno ante el mundo del trabajo. Y hacerlo de modo que pudiera ayudar a mejorar y a cambiar la vida a la gente. Como la lectura del libro de Isaac Rosa se la cambió en su momento a quien decidió luego convertirla en película. Como concluye Bruto Pomeroy, actor que ha trabajado con David Macián desde su primer corto, en un breve texto suyo en Radicales Libres,  “este es el cine de esta década. El cine que nos toca hacer. Comprometido, bien contado, con poco dinero, con mucho ingenio, bien interpretado.”

Ficha técnica:                                                                                                                      

Director: David Macián
Guión: David Macián, Daniel Cortázar, (Novela: Isaac Rosa)
Año: 2016; Duración: 80 min.
Reparto: Marta LarraldeMarina SalasJosean BengoetxeaJosé Luis Torrijo, Edu Ferrés,Bárbara Santa-CruzDaniel Pérez PradaEsther OrtegaChristen Joulin, Bruto PomeroyElisabet GelabertAlberto VelascoAnahí Beholi.
Productora: La Mano Invisible

Web La mano invisible, facebook y twitter @LaManoPeli

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