Ahora ya lo sabemos. El pensamiento único políticamente correcto y éticamente corrupto, inspirado metafísicamente en el nihilismo, económicamente en el liberalismo y geopolíticamente en el atlantismo, califica como «dictatorial» a cualquier gobierno no alineado: no alineado con el nuevo orden mundial americanocéntrico, es decir, con la post-americanización del mundo post-1989. Es la esencia de la cuarta guerra mundial, declarada tras el fin de la tercera (la guerra fría) por la monarquía del dólar a cualquier gobierno resistente y no alineado, inmediatamente difamado como dictatorial y hitleriano.
Este es el caso de lo que está ocurriendo en Venezuela. Maduro, el sucesor de Chávez, con todas sus limitaciones, es un patriota socialista: se resiste al nuevo orden mundial y a la subalternidad made in USA. ¡Nada que ver con una revuelta de la gente, como la llama el pensamiento único! Se trata de un Golpe de Estado supuestamente querido desde abajo y realmente organizado por Washington.
Hacía mucho tiempo que la monarquía mundial del dólar estaba ansiosa por derrocar antes a Chávez y ahora a Maduro. ¿Dictadores? En absoluto. Socialistas y enemigos jurados de la americanización del mundo. Esta es la esencia de la gran experiencia del chavismo, es decir, de la vía venezolana al socialismo. Maduro y Chávez son como Castro y el Che en Cuba. La misma fuerza revolucionaria, la misma aversión por parte de los EE.UU. Estad preparados. El Golpe de Estado llevará al poder al clásico títere liberal, al servicio de los Estados Unidos. La marioneta ideal para garantizar los intereses estadounidenses en Venezuela.
Es el momento adecuado para los Estados Unidos. En Brasil ya está un fantoche suyo, se llama Bolsonaro, liberal y atlantista hasta la médula. Y tenéis que estar preparados. El próximo objetivo, después de Venezuela, será la Bolivia de Morales. ¡Adelante Maduro, adelante Venezuela!
Intervención de Samuel Moncada, representante de Venezuela en la OEA, en la sesión del Consejo Permanente del 10 de enero de 2019
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