Batman vs. Superman: el origen de la Liga de la Justicia

Batman vs. Superman
Esta semana llega a las pantallas una película con dos de los mayores superhéroes contemporáneos, una película con tal fuerza de promoción, taquilla y público que pocas cintas más se atreven a estrenarse en las mismas fechas. En la sección de novedades, a «Batman v. Superman: El amanecer de la justicia» le acompaña otra clase de superhombre mitificado como es la figura de Jesucristo en «Resucitado», una película de corte religioso y de presencia casi obligada dadas estas fechas, pero ni siquiera Jesucristo resucitado en Semana Santa tiene hoy en día el tirón necesario para competir cinematográficamente con Superman y Batman.

Aprovechando este estreno, vale la pena recordar una anécdota ocurrida no hace mucho tiempo en una universidad no tan lejana. Eran los primeros años de la década de los 60 y la protagonizó un joven académico destinado a ser uno de los más importantes de su generación, quien aún no se había hecho famoso por su faceta de novelista. El recientemente fallecido Umberto Eco fue invitado a participar en un simposio interdisciplinar sobre la desmitificación y la imagen. Entre todos los temas posibles, el medievalista de Eco decidió dar una conferencia sobre «Superman», la cual acompañó con parte de su extensa colección personal de cómics protagonizados por el hijo de Krypton como material de lectura complementario para el repleto auditorio. Su ponencia se enfocó en la fenomenología de la comunicación de masas, teniendo como trasfondo el debate postmoderno sobre la mezcla de las cuestionadas categorías de alta y baja cultura. Eco hizo un análisis sobre el papel de los superhéroes dentro de la sociedad contemporánea, centrado en Superman por ser su máximo exponente, su posicionamiento como nuevos mitos y la función semiótica que ejercen dentro de la comunicación entre sociedad y medios. Las tesis de su ponencia las expandió en un libro teórico de notable repercusión en su momento, publicado en 1964, que ya en su título de «Apocalípticos e integrados» afianzó la dicotomía de posiciones teóricas sobre el papel de la cultura de masas.

Puede dar la sensación de que recientemente han estado llegando cada vez más superhéroes a la cartelera y cierto es que cada vez van a llegar más. Esto no es algo que afecta solo a la gran pantalla, también a su hermana pequeña la televisión, y responde a unos planes comerciales trazados por las grandes empresas del entretenimiento audiovisual hechos a bastantes años vista.

Umberto Eco, con sus cómics de Superman bajo el brazo, ya veía entonces que la llamada cultura de masas se impondría y que la sociedad favorecería disolver las etiquetas de las categorías culturales en un acto de integración de géneros, temas y disciplinas v. las visiones apocalípticas de los sectores culturales más biempensantes. Desde la conferencia de Eco, cine y cómics han tardado más de treinta años en dar con la fórmula para una exitosa integración, tanto a nivel de público como, actualmente en bastantes casos, de crítica.

batman_superman2Para no realizar un interminable listado de títulos y periodos del cine de superhéroes desde los años 60 hasta ahora, con sus franquicias, secuelas, re-boots y re-re-boots, los próximos párrafos van seguir el ejemplo de Foster Wallace en la «La broma infinita» y tener acotaciones más extensas que el propio texto, para quien quiera indagar un poco más. Basta decir que tras unas décadas con sus éxitos y fracasos[1], donde los grandes de la industria como Marvel y DC Cómics vendían los derechos de cada superhéroe de forma individual a diferentes productoras que no tenían miedo en darle a la tecla del re-boot si el invento se estrellaba en la taquilla, Marvel aprendió de la experiencia. Ideó un plan que no solo sería para una franquicia, sino que englobaría a todos los multiversos aislados de cada superhéroe y los juntaría en un gran universo Marvel, en una saga de superhéroes que duraría hasta el fin de los tiempos. Con este plan no reforzaría únicamente la venta de cómics, sino que dominaría el mercado mundial de los blockbusters controlando ella misma los derechos. Sería un plan diseñado oficialmente en varias Fases[2] (cuatro hasta la fecha), calculado, planeado, previsto, que se expandiría al cine, al cómic, a la televisión[3], y nada ni nadie podría detenerles.

Umberto Eco, con sus cómics de Superman bajo el brazo, ya veía entonces que la llamada cultura de masas se impondría

DC Cómics, hogar de Batman y Superman, hizo su reformulación y su apuesta a rebufo de Marvel y modificando ligeramente el planteamiento de su competidora. Con más precaución y lentitud, ha elaborado un modelo que es un híbrido del de Marvel y el tradicional, donde se vendían derechos individualmente creando múltiples pequeños universos. DC apostó por generar un multiverso, es decir, grandes universos separados en función de si era la gran o la pequeña pantalla[4].

batman_superman4La sensación resultante es de planificación y avalancha de títulos dentro de una estrategia de entretenimiento comercial que no solo se expande en el tiempo, sino también en formatos. Dejando aparte la televisión y otras franquicias con planes similares[5], y centrándonos únicamente en los grandes superhéroes de Marvel y DC (no por nada superhero en inglés es un término que ambas tienen patentado conjuntamente y legalmente solo ellas pueden utilizar), éste es el futuro cercano confirmado a falta de alguna secuela por ratificar: 4 películas más de superhéroes en 2016, 6 en 2017, 6 en 2018 y mínimo 5 en 2019. Son unos 6 blockbusters de superhéroes al año, es decir, como máximo uno cada dos meses.

Vista semejante alud de superproducciones de entretenimiento que están hechas empelando un modelo muy similar, donde es difícil apreciar una diferencia de confección entre una adaptación de un superhéroe y otra, puede sonar ligeramente anacrónico pero es interesante recordar a Adorno y Horkheimer y su ensayo sobre la «Industria cultural», el cual reflexiona sobre la producción de bienes culturales dentro de una sociedad capitalista. Muchas son las partes a rescatar, pero para resumir su visión sobre la industria cinematográfica y sus creaciones:

A pesar de ser un producto de entretenimiento, contiene también una carga ideológica.

Film y radio no tienen ya más necesidad de hacerse pasar por arte. La verdad de que no son más que negocios les sirve de ideología, que debería legitimar los rechazos que practican deliberadamente. Se autodefinen como industrias y las cifras publicadas […] quitan toda duda respecto a la necesidad social de sus productos.»

«[L]a mecanización ha conquistado tanto poder sobre el hombre durante el tiempo libre y sobre su felicidad, determina tan íntegramente la fabricación de los productos para distraerse, que el hombre no tiene acceso más que a las copias y a las reproducciones del proceso de trabajo mismo. El supuesto contenido no es más que una pálida fachada; […]. El placer se petrifica en aburrimiento, pues, para que siga siendo placer, no debe costar esfuerzos y debe por lo tanto moverse estrechamente a lo largo de los rieles de las asociaciones habituales. El espectador no debe trabajar con su propia cabeza: toda conexión lógica que requiera esfuerzo intelectual es cuidadosamente evitada.»

batman_superman5Muchos ensayos discuten sobre el papel de los superhéroes como el nuevo entramado mítico, la equivalencia de Aquiles con Superman, de Odiseo con Batman. La inspiración de unos en otros es clara, pero es en su función donde difieren muchas de las opiniones. ¿Tienen un carácter simbólico equiparable? ¿Son ambos reflejos metafóricos de la condición humana adaptados cada uno a su tiempo y público? Umberto Eco, en «Apocalípticos e integrados», también se fija en la relación existente entre mito e industria cultural y apunta que una de las grandes diferencias entre Superman y los semidioses clásicos se basa en la relación entre mito y su finalidad actual como producto de consumo.

En el reciente artículo publicado en El Viejo Topo «Star Wars: re-boot de un mito liberal» en el número de febrero, Nicolás González Varela analiza para esta saga galáctica el abandono de la secuelas o secuencias y la entrada dentro de una mercantilización en forma de serie infinita, y realiza una lectura viendo que en la película se ensalzan expectativas neoliberales. En el caso del cine de superhéroes, su mercantilización también es patente y, a pesar de ser un producto de entretenimiento, contiene también una carga ideológica. Varias son las voces señalando que los superhéroes están profundamente relacionados con los valores de una sociedad capitalista neoliberal. «Hollywood funciona de hecho como aparato ideológico de Estado» dice por ejemplo Slavoj Žižek, quien añade con respecto al cine de superhéroes que «personajes fantásticos como Batman, Superman e Iron Man realmente son recreaciones horríficas del capitalismo liberal […], y lo que se esconde detrás del colorido disfraz de un superhéroe es el verdadero poder del Capital.»

Sin embargo, personas como el director Guillermo del Toro, responsable de dos adaptaciones de un cómic de superhéroes, dijo en su momento que «el mundo necesita una nueva mitología, y esa es la de los superhéroes… Hay una demanda de una mitología fresca y aceptable para los jóvenes. El superhéroe representa al Aquiles, al Héctor de nuestros días [… debido a la] necesidad de crear ficción en un mundo que progresivamente se olvida del aspecto espiritual, que no cree en la magia ni en las cosas abstractas y solo en lo material y en lo inmediato… Éste es un período política y humanamente muy desconcertante, en el que se ha producido un serio retroceso en la línea ética de la humanidad como especie y se requiere de un replanteamiento de la existencia en términos heroicos».

No hay que esperar a los datos para ver que estos dos mitos contemporáneos en «Batman v. Superman» van a arrasar la taquilla. Dirigida por Zack Snyder («300», «Watchmen»), con algún eco del maestro del cómic Frank Miller y con un presupuesto estimado de 400 millones de dólares incluyendo marketing, la película está destinada a ser un éxito de público. Da un poco igual si es una buena película o no, mientras no sea un desastre. Si el cine se sigue considerando el séptimo arte, lo es dentro de un cambio de modelo donde el éxito de una película se mide en expectación creada, entradas vendidas y beneficios generados. Las grandes producciones forman parte de una industria cultural que está teniendo una respuesta enormemente favorable por parte del público, quien ha recibido con entusiasmo un género que un apocalíptico nada integrado hubiera considerado como menor al escuchar a Eco. La avalancha de títulos no se ha terminado, muchos más vienen, perpetuando una batalla no solo entre los nuevos mitos, también entre los gigantes DC Cómics y Marvel por la dominación del entretenimiento, con entregas donde cada una tiene que superar a su predecesora. Tras «Batman v. Superman», este año vendrán cuatro más. Y al siguiente 6. Suma y sigue. Una pena que ya no esté Umberto Eco con sus cómics bajo el brazo para augurar cuál va a ser el siguiente paso en la saga de la industria cultural. Aunque puede que no haga falta.

 

NOTAS

[1] Por este camino de décadas han aparecido notables decepciones y algunos éxitos. La serie de televisión de los años 60 protagonizada por Adam West de «Batman» tuvo un gran éxito, aunque poco tiene que ver ese Batman con el actual. En los 70 se intentó algo similar con «Spider-Man» y bastante peor éxito. Centrándonos en los dos héroes del estreno de esta semana, «Superman» cosechó su parte de gloria con las adaptaciones protagonizadas por Christopher Reeve, pero su éxito fue decreciendo con cada entrega hasta que Warner Bros. decidió dejar la franquicia en un hiato permanente en 1987. El desastre de spin-off de «Supergirl» (1984) tampoco ayudó. El relevo lo tomó la primera entrega de Batman en 1989 gracias a Tim Burton y su secuela en 1992. El director Joel Schumacher, junto con Val Kilmer en «Batman Forever» (1995) y George Clooney en «Batman & Robin» (1997), hundieron la franquicia en el mayor de los histrionismos kitsch.

El cine de superhéroes no mostraba una enorme fortaleza pero apuntaba a tener futuro. La saga del mediovampiro «Blade» y la protagonizada por Antonio Banderas de «El Zorro» seguían funcionado (aunque su tirón también se agotó con cierta rapidez) y Marvel decidió seguir vendiendo los derechos de sus superhéroes a diferentes productoras. «X-Men» fue a 20th Century Fox en el año 2000, «Spider-Man» a Columbia en 2002, «Daredevil» también a 20th Century Fox en 2003, «Hulk» a Universal el mismo año, «Los 4 Fantásticos» a 20th Century Fox en 2005, «Ghost Rider» a Columbia en 2007. De casi cada una de las adaptaciones salieron secuelas intentado seguir viviendo del éxito cosechado por las anteriores. Su gran competidor, DC Cómics, intentó la misma fórmula pero, en general, con bastante peor éxito: la inefable «Liga de los hombres extraordinarios» en 2003, «Catwoman» en 2004, «Constantine» en 2005, «Superman Returns» en 2006. La gran excepción fue la saga iniciada con «Batman Returns» en 2005 gracias a Christopher Nolan.

A pesar de algún spin-off como el de «Lobezno» en «X-Men», estas películas vivían aisladas las unas de las otras, creando sus propios universos y teniendo identidades propias sujetas muchas veces al estilo del director o de su actor principal. Si no funcionaba una vez, se volvía a intentar dándole a la tecla mágica del re-boot, y así se han llevado a cabo tres «Hulks» diferentes, tres «Daredevil» entre cine, tele y el que está por venir, dos «Spider-Man» más un tercero próximamente, dos «Superman», dos lotes de 4 Fantásticos, etc., además de abandonos tras el fracaso con la primera o segunda entrega.

[2] Bienvenidos al Marvel Cinematic Universe (MCU):

-En una Fase 1, de 2008 a 2012, se reunió a «Los Vengadores», estableciendo una fórmula compuesta por acción, presupuesto y humor. Se produjeron títulos individuales para cada uno, «Iron Man» (2008), «El increíble Hulk» (2008), «Thor» (2011), «Capitán América» (2011), y se culminó con «Los Vengadores» en 2012. Fiascos por el camino = 1, «El increíble Hulk», pero para 2012 ya se había despedido a Edward Norton y contratado a Mark Ruffalo, y se dejaba su película individual para cuando el calendario lo permitiera y, como es muy ajustado, aún está por ver para cuándo.

-La Fase 2, de 2013 a 2015, consolidó a los personajes con secuelas individuales de «Los Vengadores» y expandió el universo con unas pocas nuevas incorporaciones, «Guardianes de la galaxia» (2014) y «Ant-Man» (2015), con vistas a que se unan y se crucen con el resto en un futuro cercano.

Hasta este momento hay que indicar dos circunstancias con las que Marvel ha tenido que lidiar. La primera es referente a los derechos de los personajes. En este momento final de la Fase 2, Marvel tenía los derechos de sus propios personajes excepto los de «X-Men» y «Los 4 Fantásticos», en manos de 20th Century Fox, y Spiderman, propiedad de Sony. Tras dos re-boots fallidos, «Los 4 Fantásticos» están en el mayor de los limbos y, rodándose actualmente el tercer re-boot de «Spider-Man», Marvel quería volver a tener cierto control sobre el personaje, además de incorporarlo a su universo. Se rumorea que Marvel estaría negociando recuperar a «Los 4 Fantásticos» y confirmó que ha llegado a un acuerdo con Sony para coproducir a «Spider-Man». El otro problema de Marvel es la duración de los contratos de los actores quienes, cuando firman, lo hacen normalmente por entre 6 y 9 películas. Actualmente Robert Downey Jr. (Iron Man) ha llegado al máximo de su contrato y sus apariciones se firmarán película a película; Chris Evans (Capitán América) termina su contrato con la entrega de 2017; Chris Hemsworth (Thor) firmó por seis y lleva cuatro. En cualquier caso, Marvel sabe que necesita nuevo material si quiere que el modelo funcione como una cadena de producción.

-La Fase 3, de 2016 a 2019, cierra el arco de «Los Vengadores» iniciado con la Fase 1, consolida los presentados en la Fase 2 e introduce nuevos superhéroes. Marvel ha dividido en dos partes la película de «Los Vengadores: Infinty Wars», de estreno en 2017 y 2018, habrá nueva entrega de «Capitán América» en mayo de 2016, «Guardianes de la galaxia» en mayo de 2017, «Thor» en Julio de 2017, «Ant-Man» en 2018, junto con las nuevas caras de «Doctor Strange» a finales de 2016, «Spider-Man» en 2017, «Black Panther» en 2018 y, en 2019, tanto «Capitán Marvel» como los «Inhumans».

-Para la Fase 4, a partir de 2020, Marvel ha anunciado que a día de hoy ya tiene planeados catorce títulos entre 2020 y 2028, sin dar más detalles al respecto.

[3] Marvel además se dio cuenta de que también podía incorporar a su gran universo el público de la televisión, y en ella ofrecer series que dieran continuidad al universo y solventar, aunque ésta fuera corta, la espera entre películas. Así nacieron las series «Agents of SHIELD» y «Agent Carter». Además, visto su éxito con el modelo en varias fases, Marvel ha decidido hacer lo mismo en la pequeña pantalla con «Los Defensores», colaborando con Netflix. Primero llegó «Daredevil» con su propia serie, luego «Jessica Jones», en breve «Lucas Cage», en el futuro cercano «Iron Fist» y, si todo va bien, culminará con una serie sobre «Los Defensores». La idea es que todos convivan dentro de un mismo gran universo donde los crossovers, apariciones de un personaje en la línea argumental de otro, sea normal, donde cine y televisión se mezclen dentro del gran Universo de Marvel.

[4] Por un lado está el universo de Batman, al que se ha unido el de Superman mediante «Batman v. Superman», que funciona como secuela de Superman y re-boot de Batman. De este universo saldrán películas individuales de ambos, entregas de «Wonder Woman» (2017), y se unirán a modo de pseudo precuelas «Suicide Squad» (2016) y sus respectivas continuaciones. Se harán películas individuales para introducir a «Aquaman» (2018), «The Flash» (2018), «Shazam» (2019) y «Cyborg» (2020), todo ello para juntarlos en una culminación partida en dos entregas de «Justice League» (2017 y 2019).

Por otro lado DC tiene y ampliará su multiverso televisivo con otros personajes, algunos repetidos en la gran pantalla pero con otros actores. Principalmente y a través de canal televisivo de CW, «Arrow» y «The Flash» comparten universo con «Legends of Tomorrow» y «Vixen» en lo que se llama el Arrowverse; «Gotham» en Fox funciona aparte de todo lo demás, al igual que «Supergirl» en CBS.

[5] Como «Star Wars», el universo unido de «Gi Joe» y «Transformers», y producciones de otras editoriales de cómic como Mirage y Dark Horse.