
“Poder ir donde se quiera es el gesto original de ser libre, mientras que la restricción de la libertad ha sido desde tiempos inmemoriales el preludio de la esclavitud” Hanna Arendt
El pasado día 15 de julio 260 personas partimos de diferentes lugares de nuestro país hacia Grecia. A pesar de ser época de descanso estival, y precisamente por eso, no íbamos de vacaciones. Éramos, y desgraciadamente seguimos siendo, 260 personas avergonzadas de las políticas españolas y europeas para con las personas que han tenido que abandonar sus países de origen, indignadas con la ilegalidad que están cometiendo los gobiernos europeos con las personas que buscan refugio incumpliendo sistemáticamente el artículo 14 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “En caso de persecución, toda persona tiene derecho a buscar asilo, y a disfrutar de él, en otros países”.
Miles de kilómetros en autobús y durmiendo en polideportivos. Al cuarto día llegamos a Tesalónica dónde participamos en la acampada internacional organizada por el movimiento “No Border”, una red global de grupos e individuos que luchan en contra de las fronteras, por la supresión de controles fronterizos racistas y que creen en la libertad de movimiento para todo el mundo. En la actualidad estamos asistiendo a la construcción de un mundo con libertad de circulación para las mercancías y el capital, pero no para las personas. Nuestros autobuses recorrieron 5 países en 10 días.
Las refugiadas que se encuentran en Grecia están allí atrapadas por no disponer de papeles. Estamos convencidas de que “Ninguna persona es ilegal “y así lo coreamos en nuestros actos reivindicativos. La acampada la organiza el movimiento “No Borders” griego porque la población griega es la que está conviviendo con estas personas en su vida cotidiana y hace falta ser inhumanas para tener conocimiento de su situación y no actuar. ¿Será por esto que nuestros representantes políticos sólo hacen poner excusas para no intervenir? ¿Han olvidado la solidaridad más básica entre las personas mientras se ocupan de sus beneficios económicos? No encontramos explicación a sus injustas políticas. Sentimos que tienen miedo a conocer el problema de cerca. De hecho, pedimos ser recibidas en la embajada española en Atenas y el cónsul español Juan Sáenz de Heredia, recibe a una pequeña delegación compuesta por 5 personas pertenecientes a la Caravana ¡en la calle! Si ni siquiera a las españolas nos dejan entrar en la embajada ¿cómo vamos a esperar que dejen entrar en nuestro país a las que no lo son y no traen dinero? Este hecho aumenta aún más si cabe nuestra indignación y evidencia el desinterés de nuestro gobierno por intervenir en este tema. El cónsul, durante esta entrevista, muestra claras señales de incomodidad, puesto que no tiene argumentos para oponerse a recibir a personas que buscan refugio, incumpliendo la legalidad vigente. El cónsul no se dignó a dejarnos pasar y la entrevista se realizó en “la puerta de la Embajada”. Un absoluto desprecio a la “Caravana” y a la sociedad civil española organizada. No permitió ni siquiera que registráramos nuestras peticiones, incumpliendo y negándonos un derecho. Situación que se denunció públicamente y que seguiremos denunciando, pues es inadmisible e intolerable.
El viaje no fue fácil, pero ha merecido la pena. He merecido la pena constatar in situ lo que se está viviendo allí, ver en qué situación de abandono y desesperanza están estas personas y poderles transmitir directamente que esta Europa nos avergüenza y somos muchas las europeas y los europeos que estamos peleando para que se haga justicia con ellas, que es lo mismo que hacer justicia con nosotras. Nuestra forma de vida es responsable de sus huidas a causa del hambre, de las guerras y de la desesperanza en sus lugares de origen. Todas tenemos algo que ver con su necesidad de huir y no podemos conformarnos con cerrar la puerta de Europa y pagar a los países limítrofes para que hagan el trabajo sucio y nos libren del problema sin querer saber ni cómo lo hacen. Esta actitud, como no podía ser de otra manera, ya se esta volviendo contra nosotras ¿Qué podemos esperar de estas generaciones nacidas entre bombas, criadas entre ruinas, crecidas entre francotiradores, huidas entre campamentos y encerradas entre alambradas? ¿Que se puede esperar cuando siembras desolación, desesperanza, abandono y muerte?
Uno de los hechos que personalmente más me ha impactado es encontrarme que en los campos de refugiados se están repartiendo unas hojas de una tal Oficina de Inmigración Europea (que nunca se oye nada de sus competencias) en las que en varios idiomas se recuerda a las personas que buscan refugio que dicha Oficina está dispuesta a ayudarles a regresar a su país y que para ello tienen derecho a una ayuda de 500€. ¿Puede imaginarse mayor atrocidad? ¡Personas que se han jugado la vida, que han perdido familiares huyendo de la muerte, de las bombas, de que el ISIS reclute a sus hijos/as o a ellos mismos o del hambre….y les ayudan a volver a la misma situación de la que partieron!
Diferentes delegaciones de integrantes de la Caravana, para evitar ser invasivos con los espacios en los que habitan las refugiadas, conocimos directamente dónde viven. Conocimos los campamentos de refugiados, actualmente todos militarizados, donde las familias viven en condiciones totalmente insalubres y sin poder cubrir sus necesidades más básicas. Allí donde los voluntarios no les dan comida la que reciben es totalmente insuficiente en cantidad y calidad. Conocimos los Centros de Internamiento de Extranjeros (como los que hay en nuestro país) que nos dejaron sobrecogidos. En el CIE de Paranesti nos permitieron entrar a unas 20 personas durante una hora, bajo presencia policial. Pudimos observar como alrededor de 300 hombres, con una edad media de 25-30 años aproximadamente (había menores y el más mayor tendría unos 45 años) y de nacionalidades muy diversas (paquistaníes, bangladesíes, marroquíes, hindúes, argelinos…) estaban enjaulados, repartidos en 7 jaulas del tamaño de unos 3 autobuses como los nuestros cada una, con un barracón metálico y una pequeña huerta de tomates en cada jaula. En esta explanada, en mitad de la nada y a 35ºC en verano, pueden llegar a estar hasta 6 meses encerrados sin tener nada que hacer salvo el cultivo de las pequeñas huertas. Ellos creen que están esperando sus papeles pero al cabo de los meses los llevan a otro CIE o los deportan. Su único “delito” fue salir de su país. Lo que más me impactó fue su mirada de desolación total. Ellos nos pidieron que contásemos lo que vimos y eso es lo que hacemos al regreso.
Hemos conocido como la población griega a pesar de estar sufriendo las consecuencias de las políticas asfixiantes que la Troika ha impuesto al gobierno griego y aún en esa situaciones de privaciones económicas que hemos podido constatar, se están organizando para acoger a las refugiadas con comedores solidarios, recuperando edificios abandonados (de los que hay tantos por toda Grecia), ocupando hoteles cerrados, etc. A la vuelta de la caravana recibimos la noticia de que la policía griega destruyó 3 centros ocupados demoliendo el de Orfanotrofio y sepultando toda la comida, medicinas y enseres que en él había. Cien personas, entre activistas y refugiadas, fueron detenidas en esta operación. Es inaceptable que un gobierno incapaz de ofrecer una solución viable a la crisis de refugiados y facilitarles unas condiciones mínimamente dignas de vida, impida esta labor a un colectivo que sí es capaz de hacerlo. ¿Por qué es tan peligroso que la sociedad civil organizada pueda ofrecer dignidad y futuro a la gente?
El ultimo día en Tesalónica participamos con las compañeras de No Border en una manifestación multitudinaria por las calles de la ciudad, exigiendo la apertura de fronteras y el cumplimiento del derecho de asilo para las personas migrantes. La manifestación fue pacífica, emotiva y cargada de simbolismo ya que gracias a las donaciones que aportó la Caravana se pudieron fletar varios autobuses para recoger a personas refugiadas de los campos cercanos, para que pudieran acudir. Para nosotras, es un hito importante poder compartir con las personas refugiadas esta acción, pues daba sentido a la misma, la reivindicación de sus derechos junto a ellas, nos ha dado más fuerza para continuar. Verlas empoderarse y compartir con nosotras esas ganas de seguir luchando a pesar de todo, nos anima, nos da aliento.
Como consecuencia de esta experiencia vivida y cumpliendo con los objetivos que nos planteamos al iniciar la Caravana a Grecia queremos seguir denunciando las políticas migratorias criminales europeas, siendo urgente rescindir el acuerdo de la UE con Turquía de marzo de este año. Queremos denunciar igualmente la pasividad del gobierno español que se comprometió a acoger a 16.000 refugiados y a día de hoy no han llegado ni 200. Y queremos denunciar también la pasividad de los ayuntamientos y gobiernos autonómicos que excusándose en el incumplimiento del gobierno de Rajoy no hacen nada para que los refugiados puedan llegar a nuestro país.
Otro objetivo de la caravana ha sido denunciar explícitamente la situación de las mujeres y niñas refugiadas que sufren una doble violencia por refugiadas y por mujeres víctimas de abusos sexuales, y de los niños y niñas que migran solos y desaparecen alcanzando unas cifras exorbitantes y que inexplicablemente no causan ningún escándalo.
El problema de los migrantes no desaparece en verano. Por ello hemos aprovechado nuestras vacaciones para conocerlo más a fondo y por eso volvemos denunciando lo que hemos visto, nos han contado y nos han pedido que divulguemos.
El único “delito” de los migrantes es haber salido de su país, porque no tenían otra opción para garantizar su supervivencia bien sea por catástrofes medioambientales a veces provocadas por las transnacionales, por violencia de género, por conflictos raciales o étnicos generados para vender las armas que fabricamos los países que les negamos el asilo, por violencia por su condición sexual o para salvar a sus hijos e hijas de que las reclute el ISIS o las maras, etc.
No sabemos cuál será la solución a los flujos migratorios, pero lo que sí sabemos es que esta situación es insostenible y hay que actuar. No podemos permitir que el Mediterráneo siga llenándose de cadáveres y Europa de vergüenza y desesperanza.