TOPO EXPRESS
La construcción de la Unión Europea ha dado lugar a un ente que está muy lejos de lo que proclamaba el discurso, configurando una Europa alemana en la que el euro tiene un papel primordial. Pretendemos mostrar las debilidades y fallos de esa construcción, y alertar de las graves consecuencias que tiene para los pueblos que la constituyen.
Hoy se cumplen 500 años desde que, según la leyenda, Lutero clavó en la puerta de la iglesia del castillo de Wittenberg su escrito sobre las indulgencias. Se considera el inicio de la Reforma protestante. Sin ella no se puede entender la Europa de hoy.
La Comisión Europea ha propuesto excluir a los parlamentos nacionales de la aceptación o no de los tratados comerciales bilaterales que se negocien. Una muestra más de que está descaradamente al servicio de la minoría que detenta el poder económico.
Las soluciones adoptadas ante la crisis del Banco Popular y de los italianos Veneto Banca y Popolare de Vicenza muestran claramente la falacia de la Unión Bancaria Europea. Las normas se aplican “a la carta”. ¿Quién pagará las indemnizaciones?
En Francia, la reciente farsa electoral no responde a ninguna expectativa de la amplia mayoría. Macron ha obtenido una confortable mayoría absoluta en el nuevo Parlamento con el voto positivo a favor de sus candidatos de solo el 16% de los ciudadanos.
Ahora Merkel parece volverse hacia Europa. ¿Busca la presidencia del BCE, se trata de un cambio de postura o de un intento de utilizar para su conveniencia, como siempre, a la Unión Europea? Guste o no, hoy cabe hablar de nuevo de la cuestión alemana.
La reunión del Eurogrupo sobre el cuarto rescate a Grecia terminó sin acuerdo. En realidad, nunca se ha rescatado a Grecia. A los que se ha rescatado ha sido a los bancos alemanes y franceses, mientras se hundía al país heleno más y más en la crisis.
Macron se va a encontrar enfrente a gran parte de la sociedad a la hora de aplicar su programa. Un programa que es un híbrido, un mestizaje difícil de ensamblar. Frente a Berlín y Bruselas, no es demasiado arriesgado pronosticar que Macron fracasará.
Grecia ha vivido esta semana la primera huelga general de 2017. Convocada por los principales sindicatos, ha obtenido un respaldo masivo. Para el cobro de la deuda, la Troika impone al pueblo griego medidas nunca aplicadas a la Alemania de postguerra.
Si la Unión Europea no adopta un marco analítico más riguroso y menos comprometido con los dogmas del neoliberalismo, el resultado terminal del proceso en curso no será otro que la destrucción del euro y el fin del proyecto de integración europea.
Macron ha sido elegido por el 43% del censo electoral. Su éxito es más bien engañoso y encubre varias contradicciones. Ahora se le presentan nuevos retos ante las elecciones legislativas. Sería importante que no obtuviera una mayoría parlamentaria.
Hay un gobierno antineoliberal y de izquierdas en Europa que marcha bien: el de Portugal. Los portugueses han recuperado salarios, pensiones y empleo en cifras anteriores al inicio de la crisis. La comparación con la España del PP es aleccionadora.
El 19 de abril de 1943, tras meses de estar sometidos a la brutalidad nazi, tras deportaciones, fusilamientos y humillaciones, los judíos recluidos en el ghetto de Varsovia se alzaron en armas. La noticia de su heroica insurrección conmovió al mundo.
