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Italia, Francia y España presentan elevadas cifras de desempleo. Si la Unión Monetaria lo fuese realmente establecería un seguro de desempleo comunitario que sirviese de colchón para amortiguar las desigualdades creadas por la propia moneda única.
TOPO EXPRESS
La construcción de la Unión Europea ha dado lugar a un ente que está muy lejos de lo que proclamaba el discurso, configurando una Europa alemana en la que el euro tiene un papel primordial. Pretendemos mostrar las debilidades y fallos de esa construcción, y alertar de las graves consecuencias que tiene para los pueblos que la constituyen.
Italia, Francia y España presentan elevadas cifras de desempleo. Si la Unión Monetaria lo fuese realmente establecería un seguro de desempleo comunitario que sirviese de colchón para amortiguar las desigualdades creadas por la propia moneda única.
Hay que estar bien atentos a Francia. Las reivindicaciones de los “chalecos amarillos” se han ido ampliando y hoy ofrecen un catálogo bastante completo de un radical rechazo a la austeridad, la privatización y la creciente desigualdad social.
Los pueblos de la zona euro están cada vez más hastiados de las políticas impuestas por los dirigentes europeos y el gran capital. Es urgente que la izquierda empiece a combatir contra las estructuras de la U.E. y de la zona euro.
La Comisión Europea considera que el proyecto de presupuesto de Italia para 2019 supone un incumplimiento grave de los objetivos económicos fijados por la U.E. Si el gobierno italiano no cede, la presión aumentará y el conflicto será inevitable.
El soberanismo ha venido para quedarse. Estamos viendo sólo los primeros vientos de la tempestad que se avecina. ¿Quién hegemonizará las fuerzas sociales que la globalización ha desencadenado y que demandan protección, seguridad, identidad?
Más allá de lo que cada lector pueda pensar de la conocida posición de Jorge Verstrynge en torno al fenómeno migratorio, no está de más conocer sus argumentos y la información que proporciona, en parte poco o nada sabida.
Este año se cumplen 25 de la entrada en vigor del Tratado de la Unión Europea aprobado en Maastricht. Tres asuntos nos pueden ayudar a la reflexión que debe llevarse a cabo con la efeméride: las migraciones, la defensa y la moneda comunitaria.
Según la ONU, en 2016, 250 millones de migrantes vivían en apenas 20 países. En la reflexión sobre movimientos migratorios y de refugiados abundan los tópicos. Recogemos aquí tres visiones distintas sobre migraciones, refugiados y derecho de asilo.
Existe un amplio consenso de que la Unión Europea no funciona. Sin reformas en profundidad la U. E., y desde luego la Unión Monetaria, no pueden subsistir. Pero no parece que los países del Norte estén dispuestos a realizar verdaderas concesiones.
La Unión Europea no sabe ya qué es o para qué sirve en realidad. El consenso de facto, entre las fuerzas políticas nacionales, para obviar totalmente en el debate público las cuestiones de carácter internacional que nos hipotecan el futuro es letal.
La Convención de Ginebra sigue vigente en todo el mundo, pero es ignorada. Con la crisis de refugiados, la Unión Europea está más lejos que nunca de los principios y valores de los que presume, pero no cumple.
En mayo de 1968 París cantaba “Ce n’est qu’un début, continuons le combat!” Hoy millones de obreros, jubilados y estudiantes han comenzado un ciclo de manifestaciones y huelgas que pueden convertir esta primavera en una ardiente Primavera Social.