
La desposesión avanza de forma imparable. Dio un salto en el 2008, avanzó con el covid, y ahora amenaza con el rearme. Admitámoslo: siguen ganando la guerra de clases. Y nosotros, mientras tanto, distraídos…
TOPO EXPRESS
La construcción de la Unión Europea ha dado lugar a un ente que está muy lejos de lo que proclamaba el discurso, configurando una Europa alemana en la que el euro tiene un papel primordial. Pretendemos mostrar las debilidades y fallos de esa construcción, y alertar de las graves consecuencias que tiene para los pueblos que la constituyen.
La desposesión avanza de forma imparable. Dio un salto en el 2008, avanzó con el covid, y ahora amenaza con el rearme. Admitámoslo: siguen ganando la guerra de clases. Y nosotros, mientras tanto, distraídos…
: Pues sí, Alemania ha vuelto. Pero ¿qué Alemania? ¿Cuál es la propuesta alternativa? Quizá reconstruirse frente al enemigo ruso, reconvirtiendo su modelo productivo en torno a un renovado y ampliado complejo científico, industrial-militar.
¿Se siente usted amenazada/o por Rusia? ¿De verdad? Lo que sí nos amenaza es el recorte de gasto social que el rearme implica. O la subida de impuestos, que recaerá básicamente en los de siempre. Y eso con un gobierno que se dice de izquierda.
El verdadero objetivo del rearme no es hacer frente a ninguna amenaza de Putin. Lo mismo que en la Guerra Fría, el rearme es un fin en sí mismo. Europa quiere abrir una nueva línea de negocio y lo tiene que justificar con la “amenaza rusa”…
La UE, sin estrategia ni liderazgo, se dirige hacia su próximo naufragio, que nos arrastrará a todos con ella. Entre Trump y Putin, ha quedado fuera de juego, y sus elites, como pollos sin cabeza, tratan desesperadamente de seguir sacando tajada.
¿Por qué las clases dirigentes europeas se han convertido en entusiastas de una estrategia político-militar que perjudica gravemente sus países? He ahí un misterio que Monereo analiza en profundidad. El futuro pinta mal.
Zhok ha escrito este artículo pensando en Italia, pero lo que censura puede aplicarse al pie de la letra a España. Y seguramente a la mayor parte de Europa. Y no se divisa en el horizonte nada que anime a que las cosas puedan cambiar. Al menos de momento.
El declive de Europa es tan evidente que nadie se esfuerza ya en disimularlo. Décadas de una gestión subordinada a EEUU y al gran capital nos han llevado a una situación sombría y con escasas esperanzas de cambio.
Poner al mismo nivel la simbología nazi y la comunista es un aviso, una advertencia: los rojos podéis iros preparando, que vamos a por vosotros. Los sátrapas de la UE están sembrando represión… ¿para cuándo la cosecha?
Los líderes europeos merecen sin duda este calificativo inapelable: patéticos. Los que, en la trastienda, “cortan el bacalao”, están desconcertados, indecisos, indefensos ante la ofensiva trumptiana. Y con Elon Musk a la ofensiva.
En un escenario global en el que los grandes actores serán las potencias de extensión, la UE aparece como una olla de barro en medio de ollas de hierro. La UE perdió la guerra en Ucrania (pero podría terminar aún peor).
Los líderes europeos –probablemente los peores de la historia– han conducido al continente a una crisis económica profunda y además coquetean con la idea de llevarnos a la guerra. Francia y Alemania, antaño líderes políticos y económicos de la UE, caen con fuerza.