
Las sanciones contra Rusia han tenido un efecto boomerang, y perjudican más al sancionador que al sancionado. Alemania está entre los países más perjudicados. Europa sigue avanzando hacia la irrelevancia.
TOPO EXPRESS
En vez de estar las personas al servicio de la economía, como establece en la práctica la economía neoliberal, propugnamos lo contrario: que la economía esté al servicio de las personas. Ello implica reflexionar sobre cuáles han de ser los pilares económicos de una sociedad más igualitaria, más solidaria, en definitiva más justa, desentrañando las ambigüedades y mentiras con las que los economistas liberales nos engatusan cotidianamente.
Las sanciones contra Rusia han tenido un efecto boomerang, y perjudican más al sancionador que al sancionado. Alemania está entre los países más perjudicados. Europa sigue avanzando hacia la irrelevancia.
Los engranajes que sometían África al dominio imperialista europeo están resquebrajándose a pasos agigantados. El genocidio que se está llevando a cabo en Gaza oculta en los medios lo que está sucediendo en África. Pero se avecinan grandes cambios.
El capitalismo ha entrado en una nueva fase, la de la policrisis. Cambio climático, aumento de la desigualdad, inflación, crecimiento imparable de la deuda… y ahora la guinda: la Inteligencia Artificial, de efectos aún difíciles de estimar.
La implantación de la IA nos asusta, no solo por las escandalosas manipulaciones que permite. Tememos una importante pérdida de puestos de trabajo por su causa. Pero, ¿es eso verdaderamente cierto?
Hay que ver con qué facilidad EE. UU. se ha desembarazado de un rival económico poderoso –Alemania–, y con ella de toda la UE. Claro que la docilidad e ineptitud de la clase política alemana y europea ha resultado fundamental para ello.
Alemania va mal, y su crisis repercute en toda Europa. Resulta difícil entender por qué ha puesto su cabeza en la picota, pero el caso es que incluso lo ha hecho sin rechistar, aceptando sin protestar –al menos públicamente– que le vuelen un gaseoducto.
Ha comenzado en La Habana la Cumbre del Grupo de los 77 más China, núcleo solidario de los pueblos que siguen viviendo bajo el peso de fantasmas agobiantes: racismo, imperialismo, deuda externa y las lacras que ha dejado un proceso irracional de descolonización.
B, que se autodenomina “El honesto hechicero” o mago honesto, reflexiona aquí –polémicamente– sobre la crisis que se avecina en torno al consumo de combustibles, y plantea incómodos interrogantes. Un cierto apocalipsis podría estar a la vuelta de la esquina.
Frente a la economía occidental, basada en la financiarización y el crecimiento de la deuda (amén de la explotación poscolonial), los BRICS son productores: de energía, de minerales, de alimentos. Veremos adónde nos lleva el pulso entre esos dos mundos.
Como fichas de dominó, los Estados africanos están quedando uno tras otro fuera de las cadenas del neocolonialismo. Chad, Guinea, Malí, Burkina Faso, Níger y ahora Gabón están diciendo "no" al antiguo dominio de Francia.
El último informe de empleo de la OCDE es una verdadera revelación sobre la crisis del coste de la vida y sobre si han sido los aumentos de los salarios o los aumentos de las ganancias los que más han contribuido al aumento de la inflación.
Si bien los BRICS originales tienen diferencias geopolíticas, están encontrando un terreno común en el frente geoeconómico a medida que aumentan los volúmenes comerciales y se multiplican las rutas comerciales. La inminente nueva cumbre puede ser decisiva.