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La reciente nueva caída de la parte de los beneficios y el modesto aumento de la participación del trabajo en los EE.UU. indican que lo que mantiene bajo el crecimiento de la inversión es la baja rentabilidad general, no el 'poder de monopolio'.
TOPO EXPRESS
En vez de estar las personas al servicio de la economía, como establece en la práctica la economía neoliberal, propugnamos lo contrario: que la economía esté al servicio de las personas. Ello implica reflexionar sobre cuáles han de ser los pilares económicos de una sociedad más igualitaria, más solidaria, en definitiva más justa, desentrañando las ambigüedades y mentiras con las que los economistas liberales nos engatusan cotidianamente.
La reciente nueva caída de la parte de los beneficios y el modesto aumento de la participación del trabajo en los EE.UU. indican que lo que mantiene bajo el crecimiento de la inversión es la baja rentabilidad general, no el 'poder de monopolio'.
Los últimos datos económicos muestran que el crecimiento económico en los principales países capitalistas ha ido en aumento durante la primera mitad de 2017. ¿Quiere decir esto que se puede descartar una nueva recesión mundial? No, en absoluto.
La Comisión Europea ha propuesto excluir a los parlamentos nacionales de la aceptación o no de los tratados comerciales bilaterales que se negocien. Una muestra más de que está descaradamente al servicio de la minoría que detenta el poder económico.
Hoy se cumplen 150 años de la publicación en Hamburgo de la primera edición del libro primero de El Capital. Su mensaje de realismo de la inteligencia sigue vivo. Marx dedicó a su redacción gran parte de su vida, y sacrificó mucho de su felicidad.
Las asociaciones público-privadas siempre dejan las pérdidas para el Estado y las ganancias para los privados. Sin duda ocurrirá lo mismo con el magno proyecto de inversión en carreteras de 5.000 millones de euros anunciado por el gobierno de Rajoy.
Después de diez años y una fase de recuperación económica larga pero decididamente muy débil del 'ciclo económico', ¿tendremos otra crisis pronto? Así parece sugerirlo la historia. Es probable que la nueva chispa parta del propio sector industrial.
Muchas de las bravatas de Trump con Corea del Norte han derivado en presiones mercantiles contra China. Subsumen el deseo de descarrilar el avance del renminbi y, sobre todo, el boicot a la próxima sede del FMI en Pekín.
Según la Comisión Europea la crisis ha llegado a su final en España y en toda Europa. Pero a pesar del crecimiento del PIB, se mantienen los mismos desequilibrios y contradicciones que la causaron y subsisten las incertidumbres de cara al futuro.
Hace diez años, en agosto de 2007, empezaba la mayor crisis económica desde la 2ª Guerra Mundial. La crisis se generó en EE.UU., pero donde ha adquirido mayor gravedad y se resiste a desaparecer es en Europa. Estamos ante una década perdida, por ahora.
En las recomendaciones a España del último informe del FMI se comprueba al servicio de quién están. ¿Qué propone el FMI? Más ‘reformas’, más ‘flexibilidad laboral’... Si se aplican sus recetas habrá más desigualdad, más penuria y más carencias.
¿Fue la austeridad la causa de la Gran Recesión? Claramente no. Fue la inversión empresarial la que se desplomó. Sin embargo, el punto de vista keynesiano, centrado en la demanda, ignora el movimiento de la rentabilidad como una causa de las crisis.
Las soluciones adoptadas ante la crisis del Banco Popular y de los italianos Veneto Banca y Popolare de Vicenza muestran claramente la falacia de la Unión Bancaria Europea. Las normas se aplican “a la carta”. ¿Quién pagará las indemnizaciones?