
De vez en cuando –y cada vez más frecuentemente– el cine español resucita y nos ofrece obras excelentes. Este año, como acreditan los premios Goya, la cosecha ha sido excelente. Modelo 77; As bestas y Alcarràs se han llevado merecidos laureles.
TOPO EXPRESS
La lucha por los Derechos Humanos ha de convertirse en este siglo XXI en uno de los grandes motores de la emancipación de todos. La crisis de los refugiados, las guerras en Oriente Medio, el terrorismo, ponen de manifiesto que la vida humana sigue siendo un elemento “prescindible”, y los derechos básicos siguen siendo desatendidos en muchos ámbitos a nivel mundial. La consolidación de nuevos derechos –o que parecen nuevos– ha de constituir una de las grandes victorias de la humanidad ene este siglo XXI.
De vez en cuando –y cada vez más frecuentemente– el cine español resucita y nos ofrece obras excelentes. Este año, como acreditan los premios Goya, la cosecha ha sido excelente. Modelo 77; As bestas y Alcarràs se han llevado merecidos laureles.
Con la complicidad de los grandes medios de comunicación, desde donde se laminan las “viejas ideas” para instalar otras nuevas, hemos entrado en la época del “todo está en venta, todo se puede comprar”. Las consideraciones de carácter ético han ido a la papelera.
Cuando la política se entromete en los asuntos de la salud, todos perdemos. Que Estados Unidos mantenga el bloque a Cuba no solo es injusto, sino, sencillamente, estúpido, porque también los ciudadanos estadounidenses salen perdiendo.
Esta aguda reflexión sobre el poder –sobre el poder desnudo– fue incluida en el volumen La seguridad comprometida. Nuevos desafíos, amenazas y conflictos armados, por Caterina García y Ángel J. Rodrigo, Madrid, Tecnos, 2008, pp. 169-174.
Ahí van las palabras que pronunció Felipe González durante un mitin realizado en los campamentos saharauris en noviembre de 1976, y que fueron reproducidas en El Viejo Topo nº76, publicado en agosto de 1994. ¿Las creía entonces? ¿Las creerá ahora?
El desprecio con el que la derecha posfranquista española trata a las víctimas de la Guerra Civil muestra a las claras lo que no se atreven –todavía– a pronunciar: que en las mismas ciircunstancias procederían de la misma criminal manera que procedió el dictador.
Las heridas del pasado serán heridas del futuro: seguirán siempre abiertas. Pero al PP y Vox les da igual la historia. Eso dice Cervera, y es una verdad fácilmente constatable. Quizás los que quieren ignorar la historia querrían que se repitiera.
No es una “revolución de colores”, aunque el Imperio tratará obviamente de sacar el mayor provecho posible de las protestas. Es una explosión provocada por el hartazgo, y que va más allá del velo. Mujeres contra ayatollahs: no es difícil tomar partido.
Golpes de Estado, terremotos, huracanes, miseria… Haití se ve golpeado una y otra vez de forma inmisericorde. Las protestas se suceden, ahora a raíz de la suspensión del envío de petróleo barato desde Venezuela debido a las sanciones estadounidenses.
Hace 77 años, los días 6 y 9 de agosto de 1945, bombarderos norteamericanos lanzaron en Hiroshima y Nagasaki el hasta hoy único ataque nuclear de la historia. Sus consecuencias continúan siendo hoy responsables de cánceres, leucemias…
La extradición de Assange puede tener lugar mañana, la semana entrante o antes de las elecciones que en noviembre decidirán qué facción de la extrema derecha estadunidense se queda con la mayoría del Senado.
Las imágenes que nos han llegado desde la verja ensangrentada de Melilla interpelan a la conciencia democrática de la humanidad. Indignación y exigencia de responsabilidades están a la orden del día. La relación actual con Marruecos es tóxica.