Samir Amin saca a flote una imagen de Rusia muy distinta a la transmitida por la propaganda de los países occidentales.
El Imperio de los Zares, la Unión Soviética, la nueva Rusia son presentados sin cesar como horribles maquinarias despóticas y agresivas, de las cuales los pueblos civilizados de Europa han debido y deberán protegerse, lo cual se consigue en nuestros días gracias a la potencia militar de los Estados Unidos y de la OTAN.
El pensador y escritor dibuja en su último libro una Rusia que ha salido de la confusión de la era pos-soviética y que ha de elegir si se integra en el imperialismo colectivo, o si intenta avanzar en un proyecto de desarrollo soberano, capaz de conectar con el despertar del Sur.
Contraportada: Las reflexiones reunidas en esta obra chocan de frente con los comentarios que circulan actualmente elaborados por la propaganda del coro mediático al servicio de la aristocracia financiera. El Imperio de los Zares, la Unión Soviética, la nueva Rusia son presentados sin cesar como horribles maquinarias despóticas y agresivas, de las cuales los pueblos civilizados de Europa han debido y deberán protegerse, lo cual se consigue en nuestros días gracias a la potencia militar de los Estados Unidos y de la OTAN.
Situando a Rusia en el sistema mundial en cada una de las etapas de su evolución, Samir Amin saca a flote una imagen de Rusia muy distinta a la transmitida por la propaganda de los países occidentales. Una Rusia que ha salido de la confusión propia de la era pos soviética y que ha de elegir si se integra en el imperialismo colectivo que más temprano que tarde sumirá al planeta en la catástrofe, o si intenta avanzar en un proyecto de desarrollo soberano capaz de conectar con el despertar del Sur.
El autor: Samir Amin
Samir Amin (El Cairo, 1931) es uno de los intelectuales más brillantes que ha dado la izquierda contemporánea. Autor de numerosas obras, su trayectoria ha estado fuertemente marcada por su relación con los países africanos. Ha sido consejero del Gobierno de Mali, ha realizado misiones a Guinea y Ghana y ha ejercido actividad docente en Poitiers, París o Dakar. Amin ha sido, y es, un luchador incansable: desde el ámbito de la enseñanza o asesorando gobiernos, pero también desde el activismo en organizaciones en las que ha desempeñado un papel principal, como el Foro del Tercer Mundo o el Foro Mundial de las Alternativas.