Julio Cortázar (Bruselas 1941- París 1984) fue un hombre versátil: escribió novelas y cuentos, poesía, ensayo, teatro, ofició como traductor (su traducción de la obra completa de Edgar Allan Poe ha sido unánimemente reconocida como espléndida) y, simultáneamente fue un activista político que combatió –con la pluma– las dictaduras latinoamericanas. La novela que le proporcionó mayor fama fue Rayuela (con un personaje inolvidable: La Maga), una obra de difícil clasificación que linda con el surrealismo y que el propio Cortázar calificó como contranovela.
Devoto de la lectura –y del jazz– desde muy niño, y debido a su naturaleza enfermiza, devoró libros y libros, hasta el punto que, ya adolescente, los médicos le prohibieron leer durante un tiempo. Falleció en París a causa de una leucemia que –a decir de Cristina Peri Rossi– se le había producido al contraer el sida en una transfusión de sangre que se le había practicado en Francia.
Además de Rayuela, entre sus obras más notables destacan las novelas Los premios; 62 modelo para armar; El libro de Manuel; y los libros de cuentos Bestiario; Las armas secretas; Alguien que anda por ahí y Queremos tanto a Glenda y el inclasificable Historias de cronopios y de famas.