
Jorge Martín Neira (Madrid, 1954) es documentalista audiovisual aunque no ejerce desde 2015 en que perdió su empleo en Filmoteca Española donde había trabajado los 12 años anteriores. Ha trabajado también como periodista, repartidor, camarero, editor, y, a salto de mata, en dos largos periodos de desempleo, el primero voluntario y el segundo forzado. Estando ya cerca la fecha de su jubilación, no ha conseguido cotizar lo suficiente.
Mayo de 1968 le sorprende con 14 años preparando la reválida de cuarto. Hace un seguimiento intenso, pero meramente radiofónico, de la música rock, el movimiento hippie y otros acontecimientos de la época que se difuminan pronto. Ingresa en el PCE con 16 años, unas semanas antes de su ingreso en la Universidad en 1971, y mantiene su militancia clandestina hasta 1978, en la célula de la facultad de Ciencias de la Información. Abandona entonces los estudios -a la vez que su actividad militante- a falta de un curso para finalizar la carrera (los retomará en los años 90.)
Se interesa entonces por el ecologismo, muy vinculado entonces al anarquismo, pero sobre todo por la cinematografía, realizando en equipo revistas asimilables a lo que se llamó entonces la “movida madrileña”, como Mandrágora y el Pirata. Abandona en esa época el empleo que tenía en una agencia de noticias de deportes.
A partir de 1983 se interesa muy especialmente por el movimiento verde que surge en Alemania. Motivado también por el pacifismo y antimilitarismo y otros movimientos alternativos, funda una revista, Robinsón, asimilable a estos movimientos (squatters, vuelta al campo, y, sobre todo, ecologismo.) A partir del Manifiesto de Tenerife (1983) en que se promueve un partido verde en España bajo los auspicios de Petra Kelly, se interesa por este proceso y participa activamente en la Conferencia de Málaga (1984) y en los debates y la escisión subsiguiente entre Los Verdes (partidarios de Los Verdes como partido) y Los Verdes Alternativos (partidarios de Los Verdes como movimiento social) adscribiéndose a estos últimos, interviniendo con ellos en la inmediata campaña por el No en el Referéndum de la OTAN. No obstante lo cual se pasa a Los Verdes en 1986 y participa en Los Verdes hasta 1993 encabezando incluso algunas listas electorales y formando parte de la Comisión Gestora de la Lista Verde en 1989 y posteriormente del Secretariado Estatal. Se incorpora también en esta fecha a la asociación ecologista AEDENAT, antecedente de la actual Ecologistas en Acción.
Tras diez años de participación en Los Verdes y ante las dificultades de este partido para consolidarse en el mapa político y las pugnas internas, una tremenda sensación de cansancio y pérdida de tiempo le invade, a la vez que una crisis en todos los aspectos de la vida: nueva pérdida del empleo, esta vez involuntaria, separación sentimental, etc., por lo que decide abandonar “definitivamente” cualquier veleidad política.
Decisión que cumple sólo a medias, aunque ya no vuelve a involucrarse de una forma tan directa hasta el 15 de Mayo de 2011, extraordinariamente motivado por el movimiento en ciernes. Como también se autoengaña de nuevo ante la creación de EQUO partido que en principio parece aglutinar el entonces muy disperso movimiento verde. Es también por estas fechas cuando se produce su reencuentro con algunos “viejos camaradas” como Ramiro Pinto, cuyos planteamientos sobre la Renta Básica le seducen, pasando a ser un activista de la Renta Básica y participando activamente en la difusión de la ICE (Iniciativa Ciudadana Europea por la Renta Básica) que se desarrolla durante el año 2013 y participando en la reunión de la Parroquia de San Carlos Borromeo donde se decide lanzar la ILP por la Renta Básica Estatal que se desarrollará el año siguiente. Como consecuencia de esto participará también en la creación de la Marea Básica contra el Paro y la Precariedad que se produce una vez finalizada esa campaña.