
Economistas Frente a la Crisis es una iniciativa impulsada por un grupo de profesionales de distintas disciplinas -no sólo economistas- que, preocupados con la interpretación predominante de la naturaleza de la crisis, su diagnóstico y los principios neoliberales bajo los que la crisis está siendo gestionada, consideran necesario hacer oír su voz en el debate social.
Entre sus preocupaciones, las características de la “salida de la crisis” que de manera silente se proponen y que ya se vislumbran: una sociedad menos solidaria en la que el Estado verá disminuido su papel como actor económico y la desregulación de los sectores económicos sistémicos y la privatización de los servicios y prestaciones sociales devalúe el Estado de Bienestar y aumente la brecha de la desigualdad.
No se trata de un problema español, ni siquiera europeo. Es un problema global cuyos orígenes pueden ser identificados en las políticas desreguladoras de los 80 y 90 en el Reino Unido bajo los diferentes gobiernos de Thatcher y Major y después en Estados Unidos en la larga era inaugurada por Reagan y continuada por Bush.
La prestación de servicios sociales esenciales, vertebradores del estado de bienestar, la sanidad, la enseñanza, las prestaciones sociales: desempleo, pensiones contributivas y asistenciales; los gastos orientados a los equilibrios territoriales o el urbanismo, se convierten también en objeto de las políticas de desregulación. Detrás, enormes intereses económicos que esconden su autentica naturaleza en postulados hueros que desprestigian el pensamiento económico y desvirtúan el contenido de los conceptos más queridos para quienes sostenemos que la economía sólo es ciencia si está al servicio de la ciudadanía: en vano se nombra la eficiencia, la flexibilidad, los mercados, la austeridad, las reformas estructurales para amparar poderosos intereses privados en conflicto con el interés general.
Mientras tanto, sin que las instituciones europeas y nacionales se cuestionen los principios en los que se sustentan las medidas de política económica con las que operan, la crisis sigue su curso agudizando los problemas del empleo o de su calidad, deteriorando el estado de bienestar. Son medidas que no sólo no frenan la crisis sino que incluso la agudizan o la prolongan. Es como si la realidad no existiera y sobre ella se impusiera la ideología de una Europa conservadora que no añora los principios sociales bajo los cuales los padres fundadores de la Unión Europea iniciaron la unificación. La culpa, parecería ser, no de un mal diagnóstico ni de un inadecuado tratamiento del paciente. La culpa sería del paciente. Un paciente que empezará a recuperarse pero que quedará debilitado, que debe quedar debilitado.
Muchos economistas, entre ellos premios Nobel de economía -incluido el último de 2015, Angus Deaton- escriben, dictan conferencias, discuten y denuncian la aplicación de recetas que se manifiestan inútiles, que la realidad refuta. ¿Son economistas alternativos? ¿Son heterodoxos? No parece -al menos no nos enseñaron otra cosa nuestros profesores en la universidad- que sea demasiado heterodoxo sostener que la política económica debe evitar ser pro cíclica; sostener la inconveniencia de ajustar al mismo tiempo la deuda pública y la deuda privada y más cuando la deuda pública se desenvolvía en niveles cercanos al óptimo; carece también de sentido calificar de heterodoxas propuestas que pretendan la compatibilidad de los ajustes con los intereses básicos de los ciudadanos o lo que es lo mismo, que la consolidación fiscal deba hacerse en plazos compatibles primero con el mantenimiento del empleo y después con su recuperación. O que la preocupación del Banco Central Europeo deba ir más allá de la estabilidad de los precios y alcanzar también al empleo y al crecimiento.
Liberalizar no es desregular. Liberalización y regulación son conceptos complementarios y ambos son imprescindibles para fortalecer el estado de bienestar, la propuesta europea para el resto del mundo, en la que los derechos y las libertades encuentran su complemento en la equidad social y económica. La desregulación está poniendo en peligro esta propuesta. Quienes nos sumamos a la iniciativa que encarna Economistas Frente a la Crisis no podemos permanecer indiferentes cuando es precisamente el pensamiento económico el que se invoca en vano.
Economistas Frente a la Crisis nace bajo esta preocupación. Y con esta preocupación busca institucionalizar el debate y elaborar propuestas que contribuyan al progreso social recuperando para la sociedad los conocimientos alcanzados por el avance de las ciencias sociales, en particular por la economía entendida en todo su alcance multidisciplinar. Al fin, el objeto de Economistas Frente a la Crisis es poner el pensamiento económico y, en general, el avance de las ciencias sociales al servicio de la sociedad, despojado de toda ideología que se sustente en intereses que no se compadezcan con la profundización del estado del bienestar, la equidad social y económica.
Economistas Frente a la Crisis es independiente de todo partido político o cualquier otra institución política, social o económica, sin perjuicio de toda colaboración que contribuya a un mejor cumplimiento del objeto con el que ha nacido.
Economistas Frente a la Crisis se constituyó en septiembre de 2011 como plataforma informal de economistas críticos y celebró el 26 de Septiembre de 2013 su primera Asamblea General constituyéndose en asociación.
Fuente: Economistas Frente a la Crisis http://economistasfrentealacrisis.com/quienes-somos-2-2/