El Arxiu Fotogràfic de Barcelona ha inaugurado una exposición, abierta hasta mayo de 2016, que aborda el trabajo de uno de los fotoperiodistas más relevantes del siglo XX en España, Carlos Pérez de Rozas, y que ha sido preparada por Andrés Antebi, Pablo González i Teresa Ferré.
Más de cien fotografías se exponen en el viejo convento de Sant Agustí, acompañadas de varios centenares más que pueden verse en las plataformas digitales creadas para la ocasión. En conjunto, casi un cuarto de siglo de la vida de la ciudad, atravesada por la proclamación de la República, por la victoria del Frente Popular, la guerra civil y la posterior dictadura fascista, que cambia el rostro de Barcelona. Los tres ámbitos en que está organizada la muestra son: la Segunda República, la guerra civil, y el primer franquismo.
Carlos Pérez de Rozas Masdeu nació en Madrid en 1893 y murió en Barcelona en 1954, el año que cierra las imágenes de la exposición, precisamente mientras cubría para La Vanguardia la llegada al puerto de la ciudad del barco Semiramis el 2 de abril de ese año. En ese buque de la Cruz Roja francesa volvían a España más de doscientos veteranos de la División Azul (el cuerpo de ejército con que Franco ayudó al esfuerzo de guerra nazi), y algunos miembros de las SS alemanas, que fueron puestos en libertad por el gobierno soviético.
A lo largo de su dilatada trayectoria, Pérez de Rozas trabajó para el Ayuntamiento de Barcelona, documentando, por ejemplo, las obras en Montjuïc para la Exposición Internacional de 1929; trabajando para la Crónica Gráfica a partir de 1932, que, después, se convertiría en el magnífico Arxiu Fotogràfic de Barcelona. Documenta escenas como el mercado callejero del barrio chino, el derribo de la cárcel de mujeres de la calle Amalia, el incendio de los famosos almacenes El Siglo, o el derribo de la estatua del general Prim en la Ciutadella. Con la guerra civil, Pérez de Rozas y sus hijos se incorporan a la CNT, publicando en los periódicos anarquistas (Solidaridad Obrera, Campo, Umbral) fotografías de la evolución de la guerra, de las conquistas revolucionarias de los trabajadores, las colectivizaciones, y de la vida cotidiana en la retaguardia republicana.
En conjunto vemos desfilar la agitada vida de la ciudad durante los años republicanos, los sucesos, los atentados, las huelgas, la vida popular, y el trabajo de los barceloneses. La guerra civil cambia por completo las cosas, y vemos aparecer a los milicianos que sueñan con una vida nueva, a los obreros que han arriesgado la vida para derrotar el golpe de Estado fascista, los mítines políticos, grandes acontecimientos como el emocionado entierro de Durruti.
Tras la derrota de la Segunda República, Pérez de Rozas trabaja para La Vanguardia de los Godó, para Solidaridad Nacional (como bautizan al diario anarquista robado a la CNT), La Prensa o Fotos, y no sufre represalias (¿). Se convierte entonces en uno de los más destacados fotoperiodistas al servicio del régimen fascista, cubriendo misas, desfiles militares, siniestras celebraciones del bando vencedor en la guerra civil, misas por los “caídos” y días de la “Victoria”, además de fotografiar a algunos de los más destacados jerarcas fascistas, como vemos en esa imagen, que ocupó toda la portada de La Vanguardia, de Franco y el general Dávila, los dos con el brazo en alto, desfilando en coche por la avenida de Pedralbes.
