¿Es inevitable una represalia de Irán?

El asesinato de Nasrallah ha conmocionado y provocado un gran dolor a la mayoría de los libaneses, sobre todo a las comunidades chiítas que viven en los suburbios del sur, donde vivían los líderes de Hezbolá.

Las bombas antibúnkeres de 2.000 libras, fabricadas en Estados Unidos, por supuesto, fueron diseñadas para derribar bloques de apartamentos y el ataque fue diseñado para matar al líder de Hezbolá, Hassan Nasrallah, pero también para mostrar a los libaneses la verdadera fuerza que tiene Israel: su poder aéreo.

En las últimas semanas se ha especulado mucho en Internet sobre si Israel va a invadir el Líbano. En realidad, esto es poco probable por varias razones. Pero, sobre todo, porque Netanyahu sabe que de enfrentarse a un ejército o milicia, Israel estaría en desventaja con la infantería, ya que las FDI no son buenas en combates cuerpo a cuerpo; su especialidad es matar niños y golpear a mujeres.

Combatir a Hezbolá cuerpo a cuerpo sería un baño de sangre para los israelíes, lo que haría que el bombardeo de Beirut pareciera un «ejercicio militar».

Otra razón por la que Netanyahu no invadirá el Líbano es que los recursos que ello requieren llevarían a Israel mucho más allá de su capacidad y lo dejarían vulnerable en dos frentes: primero, el combate cuerpo a cuerpo que las FDI tendrían que librar con los combatientes de Hezbolá; y segundo; Irán no tendría otra opción que llevar a cabo ataques masivos con misiles balísticos contra ciudades de Israel.

Hasta el momento, Irán y Hezbolá no han sacado a la luz sus misiles de mayor alcance que puedan igualar los que Israel disparó contra los suburbios del sur de Beirut.

Esto plantea la pregunta: ¿cuál es el punto de inflexión para Irán? ¿Y cuándo considerará Hezbolá efectuar su propia invasión terrestre del norte de Israel?

En cuanto a la segunda pregunta, los líderes de Hezbolá probablemente esperan que Israel invada su territorio, ya que es allí donde sus combatientes pueden estar en su elemento. Por esta razón, es probable que Hezbolá no quiera estirar demasiado sus propios recursos.

Si Irán ahora juega con la idea de una represalia sería porque afectaría a Netanyahu y su efímera euforia política, aunque los persas saben que le estará dando al líder israelí lo que siempre ha soñado: una guerra con Irán en la que Estados Unidos no tendrá más opción que involucrarse directamente.

A pesar que Joe Biden afirma que no sabe nada del reciente bombardeo de Beirut contra Israel, la verdad es que Estados Unidos desempeñó un papel importante en él, con varios aviones estadounidenses en el cielo brindando apoyo, por no mencionar un portaaviones cercano.

Estados Unidos ya no puede fingir que no está en guerra con Irán, pero los periodistas que conforman el equipo de «corresponsales de guerra» de los periódicos occidentales harán todo lo posible para seguir engañando.

Por supuesto, Israel hace oídos sordos a las críticas internacionales del Sur Global, a pesar de la masiva retirada de la mayoría de los embajadores ante la ONU durante el reciente discurso de Netanyahu en la ONU.

Pero, al parecer a Netanyahu tampoco le molestan los países árabes, que están demostrado que ya les está horrorizando su propio nivel de depravación: la ausencoa de solidaridad con el pueblo palestino ha alcanzado un máximo histórico.

Los delegados de Arabia Saudí en la ONU también abandonaron la asamblea, junto con Kuwait e Irán, lo que da una indicación que, sin duda, el mundo árabe está dividido en cuanto a su apoyo a Israel y sus ambiciones regionales.

El Líbano bien puede resultar el punto de ruptura para los estados árabes que consideran que el pequeño país está protegido por esa lógica banal de; «sólo nosotros podemos patear a nuestro propio perro, y no el poderoso vecino».

Y la frágil alianza que Israel mantiene con un puñado de países árabes que firmaron los Acuerdos de Abraham también está al borde del colapso.

Hace poco, un soldado israelí, que estaba de «vacaciones» en Marruecos, fue arrestado por un tribunal de Rabat acusado de crímenes de guerra, una acción que no puede considerarse accidental, dado que en Marruecos no ocurre nada sin la aprobación del Rey.

Países como Marruecos, los Emiratos Árabes Unidos, Bahréin y Sudán se enfrentan cada día a un dilema imposible, ya que salir del acuerdo negociado por Trump es casi imposible, especialmente para Marruecos, que tiene enormes inversiones de proyectos israelíes a largo plazo.

Estos países ya se habían distanciado de Hezbolá y, en cierta medida, de Irán. Pero, a pesar de su alianza con Washington, están observando con mucha atención hasta dónde llegará ahora Israel.

Netanyahu cree que está en una muy buena posición, ante la ausencia de una respuesta de Irán y de una represalia de las organizaciones de la resistencia. Por el momento, la superioridad aérea es una mano fácil de jugar. A menos, por supuesto, que Irán decida cortarle la cabeza a esa serpiente.

Fuente: Observatorio de la crisis
Suscripción a la revista digital: únete al topo
Libros relacionados

Irán, memorias del paraíso

Palestina (e israel) entre intifadas, revoluciones y resistencias

Nakba