El 20 de enero, Carlos Jiménez Villarejo, ex fiscal Anticorrupción, ex militante de ICV y ex eurodiputado de Podemos, publicó en El País el artículo titulado El deber de hacer política, donde propugnaba que Podemos facilitase la investidura de Pedro Sánchez y argumentaba sus discrepancias sobre la defensa que dicha formación realiza del “reiterado y vacuo derecho a decidir”.
Posteriormente, el 5 de marzo, en ese mismo medio de comunicación, anunció su ruptura con Podemos después de remitir una extensa carta a Pablo Iglesias de la que afirmó no tuvo respuesta. Además, criticó el “tono arrogante y áspero que puso el acento en hechos que no venían al caso” de Iglesias en el debate de investidura, en alusión a su referencia a la “cal viva” y que frustraba las posibilidades de acuerdo con el PSOE. A su juicio lo importante es expulsar al PP del gobierno, “combatir el paro y hacer otras políticas sociales y eso hubiera sido posible con un pacto PSOE y Ciudadanos. Yo no comparto la mitad de ese programa, pero siempre es preferible tener un Gobierno presidido por Pedro Sánchez que vernos abocados a otras elecciones”.
En un entrevista concedida al diario digital Catalunyaplural.cat amplió sus argumentos y denunció que “Podemos está demostrando que le interesa más el poder que las necesidades de los ciudadanos”. Asimismo reiteró sus críticas a la posición de Podemos respecto al proceso soberanista catalán que plantea un referéndum de autodeterminación promovido por la Generalitat que considera “constitucional y legalmente imposible”, pues sólo podría ser convocado por el gobierno de España. A su juicio “el derecho a decidir no es nada, no está reconocido en ningún ordenamiento internacional. Tampoco en el español (…) Es un brindis al sol”.
Además, aseguró, en una entrevista concedida al digital Crónica Popular, que “En Podemos Cataluña quien se opuso al soberanismo fue expulsado o tuvo que marcharse”.
La réplica de Vicenç Navarro
Estas reiteradas manifestaciones han cosechado la extensa respuesta de Vicenç Navarro en el diario digital Público, órgano oficioso de Podemos.
Navarro fue uno de los asesores que ayudaron a confeccionar el programa económico de esta formación. En primer lugar, critica que un “intelectual de izquierdas tiene que ser siempre cuidadoso de que sus críticas a las izquierdas no puedan ser utilizadas para reforzar a las derechas” y también por el hecho que las vierta en un medio como El País que está realizando una sostenida campaña contra Podemos. Una formación que considera “una de las mayores esperanzas para el cambio que este país necesita”.
Navarro articula su réplica en cinco ejes. En el primero rechaza que Podemos sea responsable de la continuidad de Rajoy por no apoyar el pacto PSOE-Ciudadanos y critica a Villarejo que asuma esta coalición como la única posible. En su opinión, siempre ha existido la alternativa de un acuerdo PSOE-Podemos con el voto favorable del PNV y la abstención de ERC y Democràcia i Llibertat que hubiera permitido la investidura de Sánchez. Ahora bien, el problema está en que el PSOE ni ha hecho autocrítica de sus políticas neoliberales, sino que continúa su “maridaje” con el “establishment financiero y económico del país”. Prueba de ello es la proximidad del equipo económico del PSOE con las tesis neoliberales del economista de C’s Luis Garicano, que apoyó la reforma laboral del PP. Justamente este planteamiento explica porqué los socialistas han escogido como aliado a C’s y no a Podemos y que nunca hayan mostrado el menor interés de pactar con Pablo Iglesias.
La segunda crítica pivota en que Villarejo haya creído que la alusión al GAL impidiese el pacto con el PSOE. En realidad, los socialistas nunca han querido alcanzar acuerdos con Podemos y aporta como pruebas la interminable lista de descalificaciones anteriores de los dirigentes socialistas y de su órgano oficioso de prensa El País a Podemos. Tampoco considera que el referéndum autodeterminista en Catalunya sea un obstáculo insalvable para el acuerdo. A su juicio, dicha consulta es “el mejor instrumento para resolver el tema secesionista”, como demuestra la victoria de Podemos en Catalunya y Euskadi en las generales. El punto clave en este tema, para construir una alternativa de izquierdas, radica en ofrecer “otra visión de España distinta al nacionalismo españolista”, que “ni el PSOE, ni Ciudadanos ni Villarejo quieren modificar”. Por contra, Navarro propugna un planteamiento de la “España plurinacional”, la misma que “las izquierdas habían tenido durante la lucha contra la dictadura”.
El tercer argumento radica en refutar la afirmación de Villarejo de que la Constitución no permite los cambios propuestos por Podemos, pues ello depende de la valoración que se haga de la Transición y de la Constitución que surgió de ella. Para Navarro la visión de España de la Carta Magna en vigor es la de los “vencedores de la Guerra Civil”. Por ello, el país necesita una nueva Transición y la alianza del PSOE con C’s va en sentido contrario.
El cuarto punto de la crítica pivota sobre la afirmación de Villarejo de que España necesita un compromiso histórico a la italiana, incluyendo a las fuerzas de la derecha democrática, cuando la situación no es en absoluto comparable. El quinto y último punto estriba en desmentir la acusación a Podemos de estar más interesado por el poder que por las necesidades de la ciudadanía lo cual, para Navarro, muestra cómo la campaña mediática contra Podemos del estabilishment ha hecho mella en Villarejo. La petición de formar parte de gobierno no se debe al “deseo personal” de ocupar poltronas, sino de asegurar que el PSOE mantiene sus compromisos a la vista de los numerosos incumplimientos de sus promesas electorales.
La requisitoria de Navarro finaliza con una última observación donde matiza que Podemos puede ser criticado, como, por ejemplo, a causa de su relación con IU, “francamente mejorable” y que “debilita su proyecto transformador”, pero nunca coincidiendo con los argumentos del estabilishment.
Dos visiones de la izquierda
Esta polémica muestra cómo Villarejo ha hecho suyos gran parte de los argumentos del PSOE, mientras que Navarro defiende los puntos de vista de Podemos. Para el primero la principal prioridad es expulsar al PP del poder y abordar las reformas precisas desde el respeto al ordenamiento constitucional; para el segundo lo importante es iniciar un proceso de ruptura con el régimen surgido del Transición; así poco importa expulsar al PP del poder si es para continuar con políticas semejantes.
Por otro lado, una de sus principales discrepancias radica en su diferente visión de la cuestión nacional. Si Villarejo impugna el llamado “derecho a decidir” y se opone a la celebración del referéndum autodeterminista, Navarro lo considera la gran solución al problema nacional. Así, si para el primero las izquierdas deberían oponerse radicalmente a las formaciones que defienden proyectos secesionistas, para Navarro las izquierdas deben buscar una alianza con ellas. Aquí se plantea otra divergencia de fondo: si para Villarejo ser de izquierdas es contradictorio con ser nacionalista, para Navarro las izquierdas deben asumir gran parte de las reivindicaciones nacionalistas; aunque, en honor a la verdad, Navarro nunca se ha posicionado a favor de la independencia, sino del reconocimiento del “derecho a decidir” y de la plurinacionalidad del Estado que permita la convivencia entre los distintos pueblos que la conforman.
Respecto a la cuestión de los pactos, los argumentos de Navarro resultan más convincentes que los de Villarejo. El PSOE no ha realizado el más mínimo esfuerzo para alcanzar un acuerdo con Podemos y sus razones más bien parecen excusas para descargar sobre Iglesias la responsabilidad de la eventual repetición de los comicios. La temprana elección como aliado de C’s demuestra, en efecto, que no persigue la ruptura, sino la reforma del actual ordenamiento jurídico-político. Es más, si el PP no estuviera asediado por la corrupción y sin Podemos pisándole los talones, probablemente el PSOE se hubiera decantado por el tripartito constitucionalista.
Aunque, desde un punto de vista táctico, quizás Iglesias debería escuchar las recomendaciones de Villarejo. La abstención de Podemos, al facilitar la investidura de Sánchez, no sólo apartaría a Rajoy del poder, sino que permitiría a esta formación ejercer en exclusiva la oposición de izquierdas al gobierno PSOE-C’s y consolidarse como alternativa en el caso que este frágil ejecutivo fracasase en su programa regeneracionista.
Conociendo a Villarejo no será extraño que, más pronto que tarde, responda a Vicenç Navarro.