
“Mi pérdida es tu ganancia” repite de forma engañosa un banquero de inversión en “Margin Call” mientras intenta vender activos tóxicos sabiendo que precipitará una debacle financiera en las entidades compradoras y el mercado en general. De nuevo, como hará casi trece años, noticias apuntando el desplome de la economía y una fuerte escalada del paro vienen acompañadas por la materialización de la frase de este banquero de inversión durante el presente encierro. Por ejemplo, Universa Investments ha aumentado sus beneficios en un 4.000% en el último trimestre, R.G. Niederhoffer Capital ha aumentado los suyos un 27%, el fondo londinense “50 Cent” ha ganado alrededor de 2.600 millones gracias al coronavirus. En EE.UU., firmas financieras y fondos de inversión sin ganancias hechas de las pérdidas de los demás están solicitando los rescates ofrecidos por el gobierno, destinados a aliviar la presión que ahoga a pequeños negocios.
El escenario que plantea “Margin Call” se ubica al inicio de la anterior crisis de 2008 aunque, lamentablemente, sigue siendo plenamente vigente su análisis moral y el cuestionamiento del sistema económico que sustenta a la sociedad contemporánea. Dentro de esta película coral, un analista de riesgo de una firma de inversiones reorganiza un modelo de futuro en base a los últimos movimientos del mercado y a los activos de hipotecas subprime que han acumulado en su cartera. Durante una intensa noche de reuniones con sus superiores, queda progresivamente claro que los productos financieros que les han generado tantos beneficios en los últimos tiempos van a ser su inmediata perdición, ya que los macronúmeros llevan tiempo no cuadrando. La fiesta se va a terminar para todos, planteándoseles la dicotomía de ser los primeros en salir por la puerta y lograr así salvarse, aunque ello implique condenar a los demás a una hecatombe económica.
“Margin Call” encapsula unas cautivadoras 24 horas dentro de este momento clave para la entidad financiera y el resto del mundo. El filme apuesta por el análisis humano y no meramente el financiero, construyendo una narración de una alta tensión y cargada de simbolismos que nunca busca justificar a sus protagonistas al humanizarlos, sino contraponer sus momentos de humanidad con su completa falta de conexión con el mundo. Como en una estructura dantesca, cada ascensión dentro del escalafón del banco de inversiones es un ascenso a un nuevo círculo de desconexión, desde el aún idealista ingeniero aeroespacial trabajando allí como analista por el atractivo de la remuneración, su jefe directo recién despedido que recuerda su pasado como ingeniero civil, el jefe de ellos con ciertas reservas a lo que van a hacer, y así sucesivamente hasta llegar al máximo dirigente quien hace su entrada en helicóptero, come en lo alto de un rascacielos y nunca llega a pisar la calle.
El relato de este filme no se arma a través de una simplificación entre culpables e inocentes, señalando la codicia de unos pocos, sino que sus personajes son el oscuro reflejo de un sistema. En un paso más allá, “Margin Call” amplía en ciertos momentos su campo de visión para incluirnos a todos y, a través de uno de protagonistas, pregunta al resto de la sociedad si todos los demás, la gente ‘normal’, no realizamos un pacto de connivencia con el sistema financiero mientras éste nos permitiera vivir en un sueño colectivo de bienestar económico y estabilidad.
En 2008 despertamos de golpe de este sueño y, como en las veces pasadas en las que una crisis irrumpió, volvimos a querer dormir soñando con él, sin querer darnos cuenta de que el sueño colectivo es en realidad una alucinación. Por avaricia, egoísmo y también por falta de (auto)control, las entidades financieras perpetuaban y a la vez vivían dentro de la misma alucinación. A pesar de que la firma protagonista del filme había avistado indicios de la problemática, decidió continuar invirtiendo su futuro y vivir en la alucinación, la cual les reportaba ingentes cantidades de beneficios cuyos empleados raramente se cuestionaban. Sin embargo, la culpa no recae en una avaricia individual fácilmente señalable y, en el fondo, tranquilizadora, sino el en sistema colectivo sobre el cual hemos delegado sustentar nuestra sociedad.
A pesar de vivir dentro de la misma alucinación y estar todos involucrados dentro del mismo sistema, el director J. C. Chandor es consciente de la gran separación existente entre el mundo financiero y el mundo ‘real’ y la remarca a través de una estética visual de distanciamiento, donde las calles nunca son visibles y no representan más que un halo en la distancia. La magnitud de las consecuencias creadas por las acciones de los protagonistas del filme jamás son visiblemente palpables fuera de su ámbito, una ceguera fascinantemente mostrada que enfatiza un aislamiento no solo moral pero también vital por parte del mundo financiero, como si fuera un monte Olimpo que vive en un plano de existencia por encima del de los meros mortales.
“Margin Call” es una película magistralmente tensionada gracias a un eco de planteamiento de contención teatral, un guión perfectamente afilado y un elenco de actores formado por Zachary Quinto, Stanley Tucci, Kevin Spacey, Demi Moore, Jeremy Irons, Paul Bettany y Simon Baker entre otros, que llena cualquier posible carencia de esta ópera prima de limitado presupuesto gracias a su calidad interpretativa. “Margin Call”, de una forma sutil, tiene la osadía de señalar que lo sucedido en 2008 no fue un desacierto de unos individuos ni el resultado de una malversación de unos pocos, sino una crisis del sistema resultado de un fallo de aceptación cultural, del orden establecido. Desde la crisis de los tulipanes del siglo XVII, como recuerda el director financiero interpretado por Jeremy Irons, las crisis se han ido repitiendo como parte del sistema y, si aciertan, banqueros y corredores de bolsa pueden lograr grandes beneficios gracias a ellas o quedarse en la cuneta si no. Es un proceso cíclico e intrínseco al sistema, una suerte de inevitabilidad que inunda también la película en su dramatización de la génesis de una crisis.
La película es la representación de un cuento de avaricia y fragilidad dentro de un representativo microcosmos, del precio que pagamos todos por tener un sistema financiero desarraigado de la vida real y sistémicamente proclive a descalabros, del poder del autoconvencimiento y de la falsa racionalización que lleva a perpetuarlo. Y ahora, aunque el catalizador sea de otra índole, toca enfrentarse a la siguiente crisis.
“Margin Call” (2011) se puede alquilar en filmin, entre otras plataformas digitales.
Ficha técnica:
Director: J.C. Chandor.
Intérpretes: Zachary Quinto, Stanley Tucci, Kevin Spacey, Paul Bettany, Simon Baker y Jeremy Irons.
Año: 2011.
Duración: 107 min.
Idioma original: Inglés.
Trailer: